Rafael Moreno Valle Rosas se ha dado un “frentazo” en el Comité Ejecutivo Nacional (CEN) del PAN, en donde ayer por primera vez le han dado una muestra clara de que existe malestar en su contra por la manera en que maltrata y divide al panismo poblano, luego de que este lunes utilizó toda la maquinaría política a su alcance –que incluyó al Poder Legislativo que le aprobó una reforma electoral a modo– para intentar arrinconar y desplazar a los grupos tradicionales del albiazul del control de dicho instituto político en el estado.
Los hechos de este lunes mostraron la falta de aseo político y el autoritarismo del gobernador al imponer un una reforma –que retrasa la fecha de inicio del proceso electoral de 2013– para evitar la reelección de Juan Carlos Mondragón Quintana como presidente estatal del PAN y fracturar al Partido Acción Nacional, al haber obligado a un nutrido grupo de panistas a firmar un desplegado contra el dirigente actual del albiazul. Al final, ambos hechos fueron repudiados por una mayoría de miembros del CEN albiazul.
Dicha situación puso en evidencia que Moreno Valle ignora las formas y los mecanismos con que actúa el PAN, el cual se supone que es su partido. Ya que para intentarle quitarle al Yunque el control de la dirigencia local del albiazul utilizó formas propias del priismo y quiso arrebatar, no negociar, la salida de Juan Carlos Mondragón Quintana de la dirección panista de Puebla.
El principal tropiezo que cometió el mandatario fue haber mandado a publicar en la prensa nacional –bajo la tutela de la diputada federal Blanca Jiménez– un desplegado con más de 200 firmas, en el cual le exigen al CEN del PAN un relevo estatutario de Juan Carlos Mondragón.
Y es que nadie le explicó a Moreno Valle que en Acción Nacional es mal visto que los problemas internos de esta fuerza política se diriman en público y sobre todo en los medios de comunicación. Esa es una regla de oro del panismo de ahora y de siempre.
Lo que quiso hacer el gobernador fue una “cargada” al estilo priista contra Mondragón. Sin embargo, por una lado, se estaba conociendo el contenido del desplegado entre miembros del CEN, y por otro, miembros del Yunque estaban informando que muchos de los firmantes, entre los que están presidentes municipales, funcionarios de ayuntamientos y legisladores, habían estampado su rúbrica por el riesgo de sufrir represalias y no por la convicción de que Mondragón ser debe ir.
El segundo yerro de Moreno Valle fue sin duda la reforma –que el Congreso conoció y aprobó en un tiempo récord de cuatro horas— al artículo 79 del Código Electoral de Instituciones y Procesos Electorales de Puebla, para que el próximo proceso electoral local en lugar de iniciar en octubre, arranque hasta febrero de 2013, y de esa manera se diera cabida a un proceso de renovación de la dirigencia del PAN.
Me explico: había muchas posibilidades de que el CEN determinara prorrogar el periodo de Mondragón por un año más, bajo el criterio de que su mandato concluye entre septiembre y octubre próximos, fecha en que la norma en la materia –antes de la reforma de ayer– marca el inicio del proceso electoral constitucional y por tanto, se considera innecesario cambiar de dirigentes cuando ya empezó un periodo electoral.
Para evitar que el CEN tomara esa decisión, Moreno Valle hizo –de manera inaudita–una reforma para que el proceso electoral arranque hasta febrero y entonces de tiempo de renovar la dirigencia del PAN, y así evitar la reelección de Mondragón.
Lo que no se esperaba Moreno Valle, es que en el CEN panista tampoco son bien vistas esas formas autoritarias de legislar, ya que acabaron pasando por encima de un grupo de diputados del PAN, entre los que se encuentran Juan Carlos Espina y Ana María Jiménez, quienes exhibieron la ilegalidad de la modificación al Código Electoral.
Un tercer aspecto que no midió Moreno Valle es que cuenta con el respaldo de Gustavo Madero Muñoz, el presidente nacional del PAN; pero en Acción Nacional las cosas no son como el PRI, en donde tener el apoyo del principal dirigente no significa contar con la aceptación del resto del partido o del máximo órgano colegiado.
Así como el gobernador de Puebla siempre ha tenido el respaldo de Madero por un lado, por el otro, Juan Manuel Oliva, el secretario adjunto de Elecciones del CEN ha permitido que se inicie una investigación contra Moreno Valle por traición al PAN en el pasado proceso electoral.
En el máximo órgano de gobierno del blanquiazul se está examinando como el grupo político del jefe del Poder Ejecutivo, en varios distritos de la entidad, prefirió apoyar a los candidatos del Panal o incluso del PRI, en lugar de respaldar a los aspirantes panistas.
Ese es un mal antecedente que seguramente ayer pesó entre varios miembros del CEN del PAN para decidir ir contra todas las medidas que Moreno Valle emprendió contra el Yunque, pues se decidió crear una comisión que analizará la pertinencia de cambiar a Mondragón y habrá una acción de inconstitucionalidad contra la reforma electoral que fast track se aprobó ayer por el Congreso local.
En la disputa que desde hace poco más de un mes hay por el control del PAN en Puebla entre el Yunque y Moreno Valle, se sabía y se esperaba que el gobernador utilizara recursos de última hora contra el panismo tradicional. Pero no había la sospecha entre los miembros del albiazul de que el mandatario actuara con rudeza e ilegalidad. Dicha situación ha empezado a generar desconcierto y temor de las medidas extremas a las que pueda llegar el jefe del Poder Ejecutivo.
Hasta ahora no todo está definido. Las medidas que tomó el CEN no son definitivas y no garantizan que el Yunque siga controlando al partido.
Lo único que queda claro, es que Rafael Moreno Valle ha provocado la peor división que el PAN ha tenido en las últimas dos décadas.
