Víctimas de la inseguridad que priva en las instalaciones de la Central de Abasto, locatarios y comerciantes piden a las autoridades estatales y municipales protección para evitar el saqueo millonario que se suscita a diario; aunado a ello, se quejan de una serie de problemas de insalubridad, obras, infraestructura y servicios.
La ola de asaltos suscitados durante la noche y madrugada es constante, por ello, solicitan la instalación de equipo visual de vigilancia, frecuentes patrullamientos de policías y permanentes recorridos del helicóptero policiaco por la zona para que permitan disminuir el índice delictivo que ha afectado las ventas de manera directa.
La solicitud de mayor vigilancia por parte de los locatarios y vecinos no ha encontrado respuesta de parte de las autoridades, pese a que constantemente han solicitado la colaboración para seguir apoyando a la generación de empleos y reactivación de la economía.
Durante un recorrido realizado por Milenio Diario en la zona donde al menos existen más de tres mil 500 comerciantes, tanto en bodegas, comercios establecidos e informales, expresaron que han sido víctimas no sólo de robos de sus mercancías, sino también de extorsiones telefónicas y ante el temor de que cumplan sus amenazas, un importante número de comerciantes han desembolsado cantidades considerables de dinero.
Como si eso no bastara también han sufrido robos de vehículos, operaban carteristas, falderas y hasta jovencitos que te ayudan a cargar las bolsas y cuando los buscas ya no los encuentras, aseguró Cristina Aparicio, propietaria de una de las bodegas, quien se ha visto en la necesidad de contratar los servicios de un sistema de videovigilancia porque le han abierto su bodega para saquearle la mercancía de abarrotes.
Pero además, la gente de las comunidades rurales que acuden a abastecerse a la Central de Abastos por encontrar más barato los productos de la canasta básica, también han pasado a formar parte de las estadísticas de delitos.
El intenso movimiento que a diario se registra en la Central de Abasto, que inicia desde la madrugada y las más de 30 mil personas que acuden a efectuar diferentes movimientos comerciales y que representa uno de los puntos más importantes para la economía poblana, ha sido el centro de operaciones de la delincuencia pues se reporta el aumento de los delitos en un 75 por ciento.
Don Serafín Peralta, propietario de una tienda de materias primas recordó que en administraciones pasadas se colocaron módulos de vigilancia que por motivos desconocidos se encuentran abandonados desde hace tiempo, y coincidió con Fernanda Gómez, propietaria de una tienda de plásticos, en que deben activarse para que se tenga más controlada la entrada y salida de vehículos porque en ocasiones llegan unidades que se la pasan rodando para buscar a sus víctimas y dar el golpe más tarde.
“La seguridad no sólo es para nosotros, es cierto que los robos que llegamos a sufrir superan a veces cientos de miles de pesos pero también se debe garantizar la seguridad para quienes acuden a comprar, si no de dónde vamos sacar para seguir vendiendo”, señaló doña Fernanda una mujer que por más de 10 años mantiene su establecimiento.
Este centro de abasto, señalaron los comerciantes, hasta sirve de distribución de sustancias prohibidas como marihuana y cocaína. Los comerciantes solicitaron que la vigilancia se incremente en la madrugada, porque la mayoría de los locatarios inician labores a las cuatro horas y como no hay policías a esa hora, salvo la vigilancia que contratan particularmente para cuidar las bodegas, los delincuentes acuden a chantajearlos para que entreguen cantidades de dinero para que los dejen trabajar o los amenazan con dañar a sus familiares.
Las extorsiones ocurren casi a diario de acuerdo con las estadísticas que manejan los más de mil comerciantes que llegan a pagar hasta ocho cuotas por semana, así como los robos de mercancía, lo mismo que en las bodegas y tres vehículos que se roban al menos cada 15 días.
Pero el problema de inseguridad no sólo se vive y percibe en esta importante zona de comercio, sino que además tienen que enfrentar el problema de la basura que se genera a diario ante la falta de contenedores, a esto se suma que algunos pasillos carecen de iluminación, los pisos están en mal estado y en diferentes puntos hasta se practica la prostitución.
