La mano de los gobernadores (parte 2)
De Marín hay que decir que pese a ser un operador electoral nato, eficiente como pocos, pero necio como nadie, perdió su sucesión él solito. Sin ayudas internas ni externas. La perdió él y nadie más
De Marín hay que decir que pese a ser un operador electoral nato, eficiente como pocos, pero necio como nadie, perdió su sucesión él solito. Sin ayudas internas ni externas. La perdió él y nadie más
En esta Puebla de los mil gobernadores, no es novedad que hayamos tenido prácticamente de todo. Cada uno metió las manos de una u otra manera y las usó hasta donde su conciencia y moral se lo permitieron.