La Cámara de Diputados aprobó en lo general la reforma que traspasa el control operativo y administrativo de la Guardia Nacional (GN) a la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena). Con 349 votos a favor, principalmente de Morena, PT y PVEM, y 132 en contra de legisladores del PAN, PRI y Movimiento Ciudadano, el dictamen fue turnado al Senado.
La reforma —impulsada por la presidenta Claudia Sheinbaum— establece la dependencia formal de la GN a la Sedena para implementar la estrategia nacional de seguridad pública. También plantea cambios en la legislación militar, regula ascensos, licencias especiales para cargos públicos, operativos encubiertos y otorga facultades para realizar tareas de inteligencia, incluida la intervención de comunicaciones privadas, con autorización judicial.
Durante la discusión, la oposición alertó sobre la militarización de la seguridad y la vida pública del país. La diputada de MC, Laura Ballesteros, calificó la reforma como “el fin del Estado civil mexicano” y denunció que “militarizar la seguridad pública es una decisión de enorme trascendencia, pero militarizar la vida pública del país es otro horizonte que ni el PRI se hubiera atrevido”.
Por su parte, el diputado Julio César Moreno, de Morena, defendió que la GN mantendrá una función civil, aunque con formación militar, y que esta reforma no es inconstitucional, sino parte del proceso de consolidación legal iniciado en sexenios anteriores.
El dictamen también contempla que los militares de la GN puedan postularse a cargos de elección popular, lo que generó más críticas por parte de la oposición.
Finalmente, se anticipa que en la discusión en lo particular —ya en curso— se desahogarán más de 170 reservas, entre ellas una propuesta para que la GN pueda participar en la vigilancia de bosques y se ajusten los mandos regionales.