La Fiscalía General del Estado (FGE Puebla) ha confirmado la detención de Ulises N., el segundo presunto responsable del delito de violación equiparada en agravio de una niña indígena de 11 años en el municipio de Pahuatlán. Ulises N. fue asegurado en Guanajuato, a donde presuntamente huyó tras la denuncia.
Según la carpeta de investigación, los hechos atribuidos a Ulises N. ocurrieron el 5 de septiembre de 2025, cuando la víctima acudió al domicilio del vecino. Tras presuntamente cometer la agresión, el imputado la amenazó para asegurar su silencio. Agentes investigadores de la FGE, en colaboración con autoridades de Guanajuato, lograron ubicarlo, ejecutar la orden de aprehensión y trasladarlo a Puebla para su proceso judicial.
Tío de la íctima, ya Detenido y vinculado
Esta detención se suma a la de Eduardo N., tío de la menor, quien fue el primer asegurado y ya se encuentra vinculado a proceso con prisión preventiva. La FGE detalló que Eduardo N. presuntamente violó a su sobrina en al menos tres ocasiones, entre julio y octubre de 2025, aprovechando que la niña trabajaba en la panadería de su propiedad ubicada en Atla. Ambos hombres están ahora a disposición de la autoridad judicial para que respondan por los delitos que se les imputan.
Crisis de intérpretes retrasó la justicia
El mediático caso de la niña indígena de Pahuatlán no solo conmocionó por la gravedad de los hechos, sino porque expuso una severa deficiencia institucional. Organizaciones de la Sierra Norte, como el Movimiento Organizado de Mujeres Serranas (MOMS), denunciaron que la menor y su familia no pudieron presentar la denuncia de inmediato en la Fiscalía Regional de Huauchinango debido a la falta de un intérprete certificado de náhuatl.
La situación escaló hasta la conferencia del gobernador Alejandro Armenta Mier, quien instruyó de inmediato a la FGE a reforzar la disponibilidad de intérpretes y abogados indígenas en las zonas con población originaria, buscando garantizar el pleno acceso a la justicia. Para integrar la carpeta, la FGE finalmente recurrió a un equipo interdisciplinario con personal de trabajo social, psicología, medicina y un traductor de la región, asegurando las condiciones adecuadas para el testimonio de la víctima.




