El gobernador de Michoacán, Alfredo Ramírez Bedolla, confirmó que otros dos presuntos participantes en el asesinato del alcalde de Uruapan, Carlos Manzo, fueron hallados ejecutados, igual que el joven Miguel Ángel Ubaldo Vidales, de 17 años, señalado como autor material del homicidio.
De acuerdo con información de la Fiscalía General del Estado (FGE), los cuerpos fueron encontrados el pasado lunes a un costado de la carretera Uruapan-Paracho, en Capácuaro. Uno de ellos tendría solo 16 años. “Lo que sí confirma la Fiscalía es que participaron otras dos personas que acompañaban al homicida, y estas personas son los dos que aparecieron en Capácuaro muertos, y son también los que participaron en el homicidio (de Carlos Manzo)”, afirmó Ramírez Bedolla. Agregó que la información es “fidedigna” y fue compartida con el secretario de Seguridad y Protección Ciudadana, Omar García Harfuch.
Con este hallazgo ya suman tres personas ejecutadas e implicadas en el asesinato del presidente municipal, perpetrado el 1 de noviembre. El primero fue Ubaldo Vidales, abatido por elementos de seguridad el día del ataque. Sobre este caso, el gobernador reiteró que “se está investigando también por qué el homicida fue abatido después de haber sido detenido”, pues, según explicó, tras ser sometido hubo un forcejeo y un disparo que terminó con su vida.
Investigan fallas en el esquema de seguridad del alcalde
Ramírez Bedolla señaló que la FGE también indaga la actuación de los escoltas del edil y las razones por las que se habría “flexibilizado” su esquema de seguridad. El mandatario estatal recordó que Manzo contaba con ocho escoltas personales seleccionados por él mismo, además del apoyo de 14 agentes de la Guardia Nacional. “Las líneas de investigación están abiertas en todos los sentidos (…) también hay que investigar qué fue lo que ocurrió para que se distrajera o flexibilizara su círculo de seguridad”, mencionó.
Carlos Manzo había sido reconocido por su postura contra el crimen organizado en Uruapan y por solicitar apoyo estatal y federal semanas antes del ataque que le costó la vida. Su asesinato y la posterior ejecución de los implicados mantienen activa la discusión sobre la inseguridad en la región y el alcance de los grupos delictivos en el reclutamiento de jóvenes.


