Es encantadora la doble moral de muchos representantes de la denominada 4T.
Son personajes –casi siempre inventos sexenales– que suelen ver la paja en el ojo ajeno.
Y que son totalmente incapaces de hacer un simple ejercicio de introspección y autocrítica.
Viven una realidad alterna a la de la gente normal y corriente.
Se suponen dueños de verdades absolutas.
Y a cada rato exhiben que les cuesta mucho trabajo conectar el cerebro con la lengua.
Creen, además, que los ciudadanos son imbéciles.
Y que, como tales, se van a tragar fácilmente sus mentiras y sesudas manipulaciones.
Es el caso, entre varios, de Andrés Villegas Mendoza, diputado local y –para más señas– presidente del Consejo Estatal de Morena.
Este legislador, acomodaticio profesional, tuvo hace unos días la ocurrencia de postear para exigir, según él “desde el Congreso del estado”, que la Fiscalía de Idamis Pastor Betancourt “profundice y agilice las investigaciones sobre los hechos recientes con Tania N, candidata PAN, PRI y PSI”.
“No puede haber impunidad”, clamó.
Y remató:
“El PAN y sus aliados deben asumir su responsabilidad: fueron ellos quienes abrieron la puerta al crimen organizado y hoy buscan desviar la atención con ataques y golpeteo político. Basta de hipocresías. En Puebla la justicia no se negocia” (sic).
Dicho post lo acompañó con sendas fotografías en donde la tristemente célebre Tania “N”. aparece muy sonriente al lado del todavía panista Eduardo Rivera Pérez, de la esposa de este (la diputada federal Liliana Ortiz) y de la ex candidata presidencial Xóchitl Gálvez.
Desde el @CongresoPue exigimos que la @FiscaliaPuebla profundice y agilice las investigaciones sobre los hechos recientes con Tania N, candidata PAN, PRI y PSI. No puede haber impunidad.
El @PANPuebla2427 y sus aliados deben asumir su responsabilidad: fueron ellos quienes… pic.twitter.com/E19sAFNAoB
— Andres Villegas Mendoza (@A_Villegas_Men) October 27, 2025
Efectivamente, Tania N., suplente de la diputada del PRI Delfina Pozos, está privada de su libertad y bajo proceso judicial por sus presuntos nexos con grupos delincuenciales.
Su caso ha sido todo un escándalo, pues ha confirmado la infiltración del crimen organizado en la política poblana –algo que no es nuevo, pero que hoy, en esta época de cínicos irredentos, adquiere plena vigencia.
Tania N. presumió durante mucho tiempo una vida de lujos y privilegios; vida que, extrañamente, nadie cuestionó en el PRI y PAN, tanto que hasta la hicieron su candidata.
Pero a Andrés Villegas, resabio del barbosismo –actualmente bajo la lupa–, se le hizo un buen momento para salir a demandar que el caso de Tania N. no quede impune.
Y todo hubiera estado perfecto si hubiese exigido exactamente lo mismo en cuanto al espinoso caso de Anallely López Hernández, la ahora exdelegada de Bienestar del Gobierno del estado de Puebla que resultó muy, pero muy cercana a Nazario N., líder sindical del Frente Transportista en Jalisco, adherido a la CTM, detenido hace unos días en Guadalajara por sus nexos con el CJNG por extorsión y venta de drogas.
Anallely también llevaba desde hace tiempo una vida de lujos y privilegios, misma vida que a nadie en Morena le resultó por lo menos sospechosa.
Además del pésimo timing, haya o no sido como respuesta a un ataque del PAN o PRI por los daños colaterales que siguen provocando los tentáculos de Nazario N., el posicionamiento –o lo que haya sido– de Andrés Villegas no resulta sino ridículo.
¿Por qué el diputado no sube un post exigiendo que la FGE acelere las investigaciones en torno a Anallely López Hernández y lo acompaña de las fotografías que esta y Nazario N. se tomaron campechanamente con los más ilustres personajes de la 4T poblana?
Al parecer, el legislador no ve lo que todo mundo ve: que tanto este como el caso de Tania N. son sencillamente indefendibles.
¿O en dónde está la diferencia o el matiz?
Tan grave uno como el otro.
Y hay ocasiones, muchas ocasiones, en que es mejor el silencio.
El hipócrita hablando de hipocresías.
Pero que nadie pida peras al olmo.
Hace un tiempo, Andrés Villegas se hizo famoso por encabezar el Consejo Estatal de Morena que no le dio un solo voto al hoy gobernador Alejandro Armenta Mier para hacerlo precandidato del partido.
Ya como legislador, tuvo sus 15 minutos de fama al proponer una Ley Mordaza para los medios de comunicación poblanos, que afortunadamente no pasó porque escandalizó hasta al propio régimen de la 4T, que la frenó.
Hoy, forma parte del club de diputados y diputadas locales que no pasarán a la historia sino por sus frivolidades.
Sí, esos y esas, quienes sufren una eterna confusión entre política y farándula.
Para vergüenza ajena.






