“Ver para creer”, dijo uno de los asistentes a la última sesión de la Cátedra Melquiades Morales Flores al percatarse que, en la segunda fila del auditorio de la Universidad Anáhuac de Puebla, en los extremos, estaban sentados dos personajes totalmente antagónicos: del lado derecho, el exoperador principal del morenovallismo, Eukid Castañón Herrera, y en la punta izquierda la diputada federal de Morena Rosario Orozco, viuda del exgobernador Luis Miguel Barbosa Huerta.
Más sorprendente resultó que la única figura honorable que le queda al PRI poblano, el exgobernador Melquiades Morales Flores, estuviera –en dicho acto que lleva su nombre– en primera fila aplaudiendo al coordinador de los diputados federales de Morena, Ricardo Monreal Ávila, quien presentó –este miércoles– su libro Constitución del Pueblo de México, en donde destaca que la reciente reforma judicial es el cambio más importante del país “en los últimos 200 años”.
Aunque no era un evento organizado por Morena, estaba ahí la plana mayor de la 4T, desde el gobernador Alejandro Armenta Mier, el alcalde José Chedraui, la presidenta del Congreso local, Laura Artemisa García Chávez, y hasta el propio Ricardo Monreal y una larga lista de legisladores morenistas, petistas y verdes, junto con notarios públicos que ahora dicen ser obradoristas.
Lo que más llamó la atención es que quien orquestó ese encuentro con altos tonos de la 4T fue el rector de la Universidad Anáhuac, José Gerardo Mata Temoltzin, quien junto con su hermano Víctor Mata fueron dos destacados promotores de la campaña electoral de Rafael Moreno Valle Rosas cuando el político panista en 2010 ganó la titularidad del Poder Ejecutivo.
Y un cuarto dato que debería generar desconcierto en la izquierda –si es que todavía existe en Puebla– es que la cúpula de la 4T se reunió en una institución de educación superior fundada y financiada –hasta la fecha– por la Orden de los Legionarios de Cristo, una de las congregaciones más rancias y abominables de la Iglesia católica.
La agrupación de los Legionarios de Cristo surgió en 1941 y la creó el tristemente celebre padre Marcial Maciel, que en su momento fue acusado de haber abusado sexualmente de por lo menos 60 niños, más varios seminaristas adultos que estaban bajo su tutela educativa.
Si algo se le debe reconocer a los dos últimos papas, el alemán Benedicto XVI y el argentino Francisco, es que se enfrentaron al statu quo de la Iglesia católica para lograr castigar a Marcial Maciel y que no quedara impune la Orden de los Legionarios de Cristo, que por décadas se dedicó a ocultar los abusos sexuales y financieros de su creador, que en México siempre fue protegido por las cúpulas políticas del PRI y el PAN.
Resulta contrastante que la 4T pugna por una visión en donde “primero son los pobres” y acuden, como si nada, a unas instalaciones de los Legionarios de Cristo, que están plenamente identificados con el PAN y la extrema derecha, sin contar que es una orden surgida específicamente para dar atención espiritual y educativa únicamente a las familias ricas de México y de España.
Toda esta acumulación de datos lleva a un par de conclusiones: en Morena actualmente todos caben, hasta los políticos antagónicos, como parte de un prematuro extravió ideológico.
Es una fuerza política que ya perdió los límites de su doctrina política y que se mantiene en altos niveles de aceptación popular, por los brutales índices de popularidad del expresidente Andrés Manuel López Obrador y porque lo poco que queda de la oposición está devastado.
Una segunda conclusión es que: en la 4T poblana no hay pudor ni memoria histórica.
Solo eso explica que Eukid Castañón pueda acudir a un acto público y estar alineado con la cúpula de la 4T poblana.
Es el mismo personaje que en 2018 operó el fraude electoral contra el entonces candidato de Morena a la gubernatura de Puebla, el finado Luis Miguel Barbosa Huerta.
También fue el encargado del sistema de espionaje que sirvió para reprimir y perseguir a docenas de líderes sociales y magisteriales, a periodistas, a prelados de la Iglesia católica y panistas que no estaban alineados con Rafael Moreno Valle Rosas.
Por si fuera poco, es quien armó los expedientes con los cuales se iniciaron investigaciones ministeriales –con el uso de delitos falsos– para intentar encarcelar a varias figuras relevantes de la T4, que ahora están en la cúpula del poder político de Puebla.
Hasta el propio Eukid Castañón padece de la misma amnesia selectiva de la 4T, pues ya se le olvidó que el gobierno de Luis Miguel Barbosa lo metió tres años a la cárcel.
Ahora resulta que ya nadie se acuerda de nada.