El señalamiento directo que hizo el gobernador Alejandro Armenta Mier, con sabor a ultimátum, para Yadira Lira Navarro, no solamente fue para la secretaria de Turismo, a quien emplazó a dar resultados inmediatos o a presentar su renuncia, sino que tiene un valor mucho más contundente, severo y es general para todos los integrantes de su gabinete.
Hay que decirlo con claridad: en el grado de exigencia que tiene el gobernador, la verdad es que al llegar este miércoles al día 75 de su administración, ya muchos están en la cuerda floja y con un pie en la puerta.
¿Sabrán advertirlo?
Pero más importante: ¿podrán evitar, en esos casos, su despido?
A unas semanas de que se cumplan los 100 días del gobierno armentista, llega también un plazo fatal para quienes están exhibiendo deficiencias en su trabajo.
Con ese tiempo del nuevo gobierno, viene también -así hay que entenderlo- el finiquito al premio de lealtad, merecido o no, que se le dio a muchos y muchas, con un cargo.
El gabinete con que ha arrancado la actual administración también tiene fecha de caducidad, si es que los integrantes no cumplen con las expectativas.
También los pagos de factura por los apoyos de muchos años o en los tiempos de campaña ya se saldaron, pero no son para siempre.
Los compromisos, así hay que leer el mensaje del gobernador, no son eternos.
Un mandatario como Alejandro Armenta, que tiene el control de todo, ¡y todo es todo!, que vigila a todos sus colaboradores y colaboradoras, ¡y todos es todos y todas¡, no va a tener concesiones ante la ineficiencia.
En su formación profesional como administrador público, hasta el grado de doctorado, Armenta sabe que todo se debe medir.
Que de eso depende el éxito, porque hay planeación y derroteros específicos, para llegar a metas.
Este lunes fue un día de severos regaños para su gabinete.
Además del señalamiento a Yadira, se dirigió luego en una entrevista improvisada a todos y todas.
Dijo que pareciera que algunos ya se cansaron.
Que necesitan un suero.
Que habrá revisión de perfiles.
Por lo pronto también ha trascendido que la hija de Ignacio Mier, Daniela, quien era subsecretaria de Igualdad, presentó su renuncia el fin de semana pasado.
El nombramiento, que de por sí pareció muy extraño, ha quedado anulado.
Muchos más, en caso de que se sientan seguros por la lealtad al proyecto de Alejandro Armenta, pueden comenzar a reflexionar.
Otros -y la lista ex extensa- que prometieron eficiencia y conocimientos, pero que han arrancado a medio gas, pueden comenzar a preocuparse.
Aquellos que se sienten intocables por los años de trabajo al lado del gobernador, pueden empezar a reflexionar respecto de su desempeño.
Los 100 días están a unas semanas de llegar.
Y con ello, muy probablemente, un ajuste del gabinete.
Las advertencias han quedado claras.
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Si como titular del Instituto Poblano del Deporte, cargo que ejerció con ineficiencia y en medio de sospechas de corrupción, Yadira Lira no pudo resolver el tema de la millonaria deuda con la CONADE, y tuvo que llegar Alejandro Armenta para solventarla, quién esperaba que diera buenos resultados como secretaria de Turismo, posición a la que llegó por la puerta de atrás tras el descarte de Norma Layón-Olga Romero.
El pago de factura para los padrinos de la ex karateca ya se agotó.
Y que otros, y otras, pongan sus barbas a remojar…