Desde junio del año pasado, en que llegó María Magdalena Tinajero Esquivel al cargo de delegada del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) en Puebla, se vive un clima de terror laboral en varias unidades de salud del IMSS, debido a una ola de despidos injustificados y de renuncias de médicos que no están de acuerdo con el trato que reciben. Este conflicto está escalando, pues ya ha llegado a los tribunales y próximamente a las oficinas centrales del organismo, al estar en curso un par de recursos legales ante el Órgano de Control Interno en contra la funcionaria.
Lo que ocurre en el IMSS no es algo menor. Fuentes bien informadas contabilizan que hasta el momento van, por lo menos, 60 trabajadores que han sido despedidos injustificadamente.
Entre los afectados se encuentran médicos especialistas, enfermeras, asistentes médicos, camilleros y auxiliares de farmacia.
Un asunto que debe causar mucha indignación entre los miles de derechohabientes del IMSS que a diario sufren la tortura de acudir a un hospital o clínica en donde se hace siempre evidente la falta de médicos y, por otro lado, resulta absurdo que están despidiendo a doctores.
El hecho más ruidoso de este conflicto es que no hace mucho hubo un acontecimiento inédito: la renuncia de ocho médicos especialistas, algo que difícilmente llega a ocurrir, pues uno de los procesos más reñidos y complicados que hay en el sector salud es que un galeno logre obtener una plaza en el Instituto Mexicano del Seguro Social.
Los médicos que dimitieron decidieron abandonar sus plazas ante malos tratos, acoso laboral de parte del área jurídica de IMSS y, sobre todo, que no hay diálogo con ninguna autoridad de la institución para solucionar problemas, así como la falta de insumos y medicamentos.
Todo empezó en junio del año pasado cuando María Magdalena Tinajero Esquivel fue ascendida al cargo de titular del Órgano de Operación Administrativa del IMSS en el estado de Puebla, el cual es un puesto que, para abreviar, todo el mundo le dice que es la “delgada”, tal como antes se llamaba a quienes encabezaban las representaciones de dependencias y organismos del gobierno federal.
Al poco tiempo que llegó Tinajero Esquivel empezaron a ocurrir los primeros casos de trabajadores rescindidos, según narran los conocedores de los entretelones de la institución.
La situación se agravó a finales del año 2024, pues creció el número de médicos y enfermeras removidos.
El escándalo creció porque la mayoría de los agraviados fueron echados del Hospital de Traumatología y Ortopedia, que se ubica en la diagonal Defensores de la República de la capital poblana.
Y es que resulta que María Magdalena Tinajero Esquivel fue parte del personal médico de ese nosocomio, antes de hacerse cargo de la delegación del Seguro Social.
Lo que hace suponer que varios de los despidos en esa unidad médica fueron por asuntos derivados de resentimientos personales.
Hasta ahora nadie sabe bien qué ocurre, pues una característica de María Magdalena Tinajero Esquivel es que tiene una política de “puertas cerradas”.
Simplemente no recibe a los trabajadores del instituto que piden audiencia con ella para tratar los problemas que acontecen en este organismo, que es el más importante del sector salud en todo el país.
No se sabe si su comportamiento obedece a su falta de capacidad para entender procesos administrativos, ya que antes se desempeñaba como genetista.
O si los despidos tienen un trasfondo de corrupción, para acomodar en las plazas vacantes a personas que tienen alguna cercanía con funcionarios de la delegación.
Muchos creen que la primera opción es lo que explica el clima de “cacería de brujas” que hay en el Seguro Social, por los graves errores jurídicos que se están cometiendo en los despidos.
En primer lugar, al parecer que no se les dio derecho de audiencia a los despedidos para responder ante alguna acusación de falta laboral.
Dicen que en varios casos tampoco no hubo la más mínima argumentación jurídica, de los abogados del área laboral del IMSS, para justificar las remociones. Situación que entonces coloca a los trabajadores rescindidos en la categoría de “despedidos injustificadamente”.
Los primeros afectados que interpusieron demandas laborales se ha topado con la negativa de los representantes legales del IMSS de conciliar para alcanzar un arreglo sin la necesidad de irse a juicio.
Si son verdaderos todos estos factores, queda claro que los agraviados le van a ganar los litigios al IMSS y entonces, el instituto tendrá que erogar fuertes cantidades de fondos para resarcir los daños, que implica entre otros rubros pagar salarios caídos, prestaciones pendientes y reinstalar a los afectados, si es que estos lo solicitan.
Por eso ya están en curso un par de recursos contra María Magdalena Tinajero Esquivel ante el Órgano de Control Interno del IMSS, en donde además de acusarla de que ha provocado “terrorismo laboral”, se le señala de estar generando un quebranto financiero al instituto por todo el dinero que se deberá destinar para zanjar los juicios por despidos injustificados.