Indignante, no hay otra forma de calificar la entrevista que el secretario de Seguridad Pública del municipio de Puebla, Fernando Rosales Solís, le concedió a Carlos Martín Huerta Macías, en su noticiero Así Sucede.
Rosales Solís recurrió al viejo truco que en el expresidente López Obrador era una genialidad en sus “mañaneras”, citar a los otros datos, desacreditar a la realidad, al día a día que se vive en las colonias de Puebla y sus juntas auxiliares.
La percepción ciudadana es más importante que cualquiera de los datos que pudiera tener el funcionario. En Puebla desde hace tiempo se respira miedo, pero este se ha incrementado, tras la entrada de la presente administración municipal, que no tiene una estrategia clara para combatir a la delincuencia.
Las ejecuciones que se han llevado a cabo en Puebla capital y los asaltos a taquerías y supermercados, son el mejor termómetro de lo que pasa en el municipio, sin dejar a un lado, la delincuencia común que asalta en los autobuses, a los transeúntes o roba autopartes, delito que va de nueva cuenta al alza en esta ciudad.
Los otros datos del secretario deben de indignar a todos, tanto como la respuesta del alcalde capitalino, José Chedraui Budib, quien ya de plano dijo que si van por ti en un ataque directo, poco o nada puede hacer las autoridades. ¡Ni hablar!
Por supuesto que existe la posibilidad de mejorar este servicio, el cual debe de ser la prioridad de cualquier gobierno. Es un hecho que esto es parte del deterioro en el que ha caído el tema de la seguridad pública en el país, el estado y por supuesto los municipios.
También es cierto la nueva administración heredó ya el problema, pero también lo es que, hasta el momento, no se ve una estrategia clara, ni muchos menos coordinación con el resto de los cuerpos de seguridad para comenzar a atacar a la inseguridad, lo que, por supuesto, no se resuelve tratando de ocultar la realidad.
Desde hace tiempo en este espacio hemos consignado cómo en la juntas auxiliares de Puebla prolifera el huachicoleo y también el narcomenudeo, al igual que en diferentes mercados de la ciudad, principalmente en el Morelos y el Hidalgo.
De todos es sabido que siete grupos delictivos se disputan la plaza, lo que ha provocado la serie de ejecuciones que se han presentado en Puebla, principalmente en este 2024 que está por concluir y en donde la violencia comenzó a rebasar todos los límites de lo antes visto.
Ojalá por el bien de todos los que vivimos en esta ciudad, el funcionario tome con mayor seriedad en el asunto y, en breve, comience a desarrollar de la mano con el nuevo secretario de seguridad en el ámbito estatal y con las autoridades federales, una estrategia digna de lo que es la cuarta ciudad más importante del país.
Se pone más interesante la interna panista
El grupo hegemónico al interior del PAN, el Yunque que encabeza el ex edil capitalino Eduardo Rivera Pérez, parece tener la sartén por el mango.
Como bien lo escribió el periodista Zeus Munive en su más reciente entrega de los “Vicios Ocultos”, que se publica en Primera Plana Puebla, al parecer la “casa siempre gana”, sin embargo, las cosas parecen emparejarse o incluso inclinarse a favor del bloque que encabeza el ex diputado federal Mario Riestra Piña.
La última pieza que faltaba dentro del engranaje para tratar de ganar la dirigencia estatal del PAN en Puebla, ya se sumó al equipo conformado por Riestra Piña y Genoveva Huerta, se trata de la ex diputada local Mónica Rodríguez Della Vecchia.
Mónica es una pieza clave para lograr que el grupo disidente logre imponerse en la interna panista, porque Rodríguez también aspiraba a la dirigencia estatal y se había mantenido al margen de la lucha entre Felipe Velázquez, quien representa a la nomenclatura, y Mario Riestra, quien busca dar la sorpresa.
La contienda se pone pues más reñida y parece querer revivir lo que antes hacía diferente al PAN, la democracia interna en sus procesos, los cuales le daban un toque ciudadano a este partido.
La percepción mediática parece estar a favor de la dupla Riestra-Huerta, que ha hecho un buen trabajo al tratar de acercar a todos los grupos y personajes que se sienten excluidos por el grupo dominante, sin embargo, las cosas no van a ser nada fáciles, si se toma en cuenta que la dirigente estatal, Augusta Valentina, forma parte del grupo de Eduardo Rivera, así como también un buen grupo de los integrantes del Consejo Estatal, quienes recibieron favores o incluso trabajaron dentro de la administración municipal, la cual recientemente concluyó.
Miedo en el PAN
La renovación de la dirigencia estatal del PAN comienza a incomodar al actual grupo predominante.
Su candidato no levanta; incluso, la militancia comienza a ver con buenos ojos un relevo en la cúpula panista. Ante este escenario, la actual dirigencia estatal juega sus últimas cartas y recurre a la manipulación para la integración del Consejo Estatal del PAN, algo de lo que se quejaron el pasado reciente.
En su intentona pretende dejar fuera de dicho órgano a Humberto Aguilar Coronado, Ángel Alonso Díaz Caneja, Edgar Jiménez, Juan Macías, Marco Porras, Fabiola Ramírez, Nelly Ramírez, Mónica Rodríguez Della Vechia, Pablo Rodríguez Regordosa, Hilda Leticia Salinas y Yamel Azucena Solano.
Esto se llama miedo a perder el poder, miedo a perder las prebendas y bondades que deja el controlar el principal partido opositor en Puebla.
Sin lugar a dudas, Augusta Díaz de Rivera pasará a la historia como una de las peores dirigente que haya tenido Acción Nacional en el estado.