En las filas del panismo poblano persiste la incertidumbre sobre el método de elección de su próxima dirigencia estatal y los posibles candidatos a suceder a Augusta Valentina Díaz de Rivera Hernández en la presidencia del Comité Directivo Estatal.
Lo único que más o menos se sabe es que el presidente municipal de Puebla, Adán Domínguez Sánchez, no termina de cuajar como candidato de unidad del grupo dominante, que tiene como cabeza al excandidato a la gubernatura, Eduardo Rivera Pérez.
Tal situación abre tres posibilidades: una, que el grupo de Eduardo Rivera busque otro candidato con más presencia y arraigo entre la militancia del PAN; dos, que el propio Eduardo Rivera se registre como candidato, sobre todo si se opta por una elección abierta a la militancia con centros de votación en diferentes municipios de la entidad; y tres, que el actual grupo dominante haga alianzas con otros, con los cuales ha transitado en el pasado reciente, cediendo la presidencia pero no el control del Comité Directivo Estatal.
Estos otros grupos son básicamente dos, el que ahora liderea el presidente municipal saliente de San Andrés Cholula, Edmundo Tlatehui Percino, quien viene empujando la iniciativa de que la próxima dirigencia del PAN surja de una elección en la que puedan participar los 21 mil 581 miembros de su padrón estatal; y el conformado por el excandidato a la alcaldía de Puebla, Mario Riestra Piña, y el actual presidente del Comité Directivo Municipal de la capital, Jesús Zaldívar Benavides.
A la pregunta de si estas dos expresiones panistas podrían aliarse y conformar un bloque que le dispute al grupo dominante de Eduardo Rivera la dirigencia estatal del partido, la respuesta es sí pero sin ninguna garantía de triunfo.
Por supuesto que su integración aumentaría sus posibilidades de una victoria en caso de una consulta abierta a toda la militancia, pero sólo si logran sumar a otros grupos antagónicos a Eduardo Rivera, como en los que participan algunos expresidentes del partido, como Genoveva Huerta Villegas, Rafael Micalco Méndez y Ángel Alonso Díaz Caneja, entre otros.
Con un método de selección diferente, dejando a los miembros del Consejo Estatal la responsabilidad de elegir al presidente y la secretaria general que sustituirían a Augusta Díaz de Rivera y Marcos Castro Martínez, las probabilidades de derrota del grupo de Eduardo Rivera se diluyen, pues éste tiene a más de la mitad de los 108 consejeros que conforman este órgano del partido.
Eso explica por qué a diferencia de los diputados locales y federales del PAN poblano que se han pronunciado por una elección abierta a toda la militancia, los operadores de Eduardo Rivera maniobran para que sea el Consejo Estatal el gran elector.
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