“Si a Ana Tere Aranda no la sacaron…”, fue la respuesta que nos dio Jesús Giles cuando lo entrevistamos en el Café del Mediodía sobre las expulsiones en el PAN en Puebla en donde destaca su nombre.
¿Tiene razón?
Ana Teresa Aranda, quien podría ostentarse como la mujer más panista de Puebla, renunció a Acción Nacional en el 2015.
Una persecución en su contra operada por el entonces gobernador Rafael Moreno Valle la obligó a renunciar a su partido. En ese entonces, dijo que el PAN, que ya era morenovallista, no la representaba.
Aranda, además, fue candidata independiente en el 2016. Perdió.
En el 2019, tras la muerte de Rafael Moreno Valle y su esposa la entonces gobernadora, Martha Erika Alonso, “La Doña” regresó al partido.
Hoy, no solo fue candidata al Senado, es la presidenta de la Comisión Nacional de Elecciones, la que se encargará ni más ni menos de renovar la dirigencia nacional del partido.
Así, a pesar de que Aranda renunció y hasta fue candidata independiente, no la expulsaron.
Esa es la lógica bajo la que hoy el exdirigente del partido, Jesús Giles se dice despreocupado del proceso que iniciaron en su contra.
Fue el pasado miércoles 31 de julio, cuando sesionó la Comisión Permanente. Aprobó expulsar a 697 militantes por traidores.
7 candidatos a diputados locales
184 que estuvieron dentro de las planillas de los ayuntamientos
51 representes generales
455 representantes de casillas
Contra Giles aprobó un proceso especial, dado que él no fue candidato por otro partido, argumentan que su proceso es diferente.
Presentarán aquel video de la campaña en la que se quita la playera del PAN, junto con otros militantes, y se suma a apoyar a Pepe Chedraui.
En la entrevista que Yazmin López y yo le hicimos el jueves, Giles dice que él decidió apoyar un proyecto, nada más.
Da visos de que no tiene intención de abandonar Acción Nacional. Deja abierta la posibilidad de defenderse.
Ejemplifica con Aranda y, la verdad, tiene razón.