No para todos los panistas hay resaca luego de la derrota electoral del 2 de junio, hay un conjunto de personajes del PAN que las circunstancias “les sonríen” y sienten que están en la posibilidad de reposicionarse, de reagruparse y de formar un frente opositor que le dispute el control del partido a Eduardo Rivera Pérez, el candidato perdedor de la contienda por la gubernatura del estado de Puebla. Uno de esos actores es la edil de San Pedro Cholula, Paola Angón Silva, quien está aprovechando la coyuntura para intentar revivir su liderazgo y sobre todo, para evitar su posible expulsión de las filas albiazules.
Angon estaría buscando ser el artífice para juntar a todas las disidencias panistas y crear una rebelión en contra del Yunque –identificado con Eduardo Rivera— que domina al albiazul desde el proceso electoral de 2021.
Y como parte de ese esfuerzo, se estaría intentado promover al legislador local Rafael Micalco Méndez como un candidato fuerte, un aspirante crítico, que compita en el próximo proceso de renovación de la dirigencia estatal del PAN, del que se estima sería convocado en el mes de octubre y en noviembre de este año, se elegiría al nuevo líder del partido de la derecha en Puebla.
Dicho de otra manera, la derrota electoral del 2 de junio para ciertos actores del PAN no ha significado una tragedia, sino por el contrario ha sido “un tanque de oxígeno” que les está dando oportunidad de “revivir”, políticamente hablando.
Paola Angon tenía ya “medio cuerpo” fuera del PAN, desde marzo pasado. Se sabe que, desde esa fecha, en el Comité Directivo Estatal del Partido Acción Nacional se había empezado a mencionar la posibilidad de expulsarla de esta fuerza política o por lo menos, el dejarla sin ningún espacio de participación.
Ese sentimiento contra la edil de San Pedro Cholula era consecuencia de dos factores:
Primero todos los escándalos de presuntos actos de corrupción que marcaron su gestión y que sirvieron para inyectarle negativos a las campañas electorales del PAN en la zona metropolitana de Puebla, que se supone era el área en donde la oposición iba a arrasar, algo que no ocurrió.
Un segundo factor era el escándalo que empañó la imagen del frente opositor de Puebla, cuando mediante la filtración de una llamada telefónica se escucha la voz de Angon poniendo al descubierto una trama, operada desde el PRI, para vender candidaturas a cargos de elección popular y donde ella, reclama que había pagado 4 millones de pesos para que le permitieran buscar la reelección.
Al mismo tiempo expuso que el grupo de Eduardo Rivera la había excluido de la contienda electoral.
Un día después de que se exhibió el audio del escándalo, la alcaldesa negó ser la autora de esa conversación y en apariencia, se retiró de la contienda electoral.
Eso no fue así. Cuentan fuentes bien enteradas que el grupo político de la edil cholulteca se propuso influir en el proceso electoral para obtener un solo resultado: que ganara quien fuera la alcaldía de San Pedro Cholula, menos la perredista Roxana Luna Porquillo, quien contendió bajo la tutela de los partidos de oposición.
Como siempre ocurre es difícil probarlo, pero esas mismas fuentes dicen que desde el ayuntamiento de este municipio “se movieron todos los hilos posibles” para favorecer las campañas electorales de Morena y de Movimiento Ciudadano.
Lo mucho o poco que se operó desde el círculo político de Angon en contra de la campaña del frente del PAN, el PRI y el PRD, acabó funcionando.
Ese esfuerzo de contribuir a la derrota de Roxana Luna no fue tan complicado, ya que la aspirante resultó ser un fiasco.
Supuestamente a la perredista la postularon porque tenía una amplia base de seguidores de movimientos sociales, grupos populares y electores desencantados de Morena. Al final esos apoyos no existieron y el grueso de los sufragios obtenidos en las urnas salieron de las fuerzas vivas del PAN.
Roxana Luna Porquillo dividió en dos su campaña electoral: por un lado, sus esfuerzos los dirigió a quererse ganar las simpatías de los panistas, una empresa que no le resultó del todo exitosa. Muchos militantes albiazules prefirieron abstenerse, que sufragar por una candidata con la que nunca se identificaron.
Y por otro lado, Luna Porquillo se la pasó quejando de Paola Angon. Incluso el día de los comicios acusó que el ayuntamiento panista de San Pedro Cholula la estaba saboteando.
Por esa razón al finalizar las campañas electorales, en la dirigencia panista, se reforzó el ánimo de buscar, a como de lugar, la expulsión de Angon del PAN, bajo la idea de que traicionó a su propio partido. Algo que sería cierto.
Lo que no se esperaban en el albiazul es que en los comicios del 2 de junio a la oposición “le pasara un tráiler encima” y se produjera, la peor derrota electoral del PAN, desde que este partido –en 1995— empezó a disputar el poder político de Puebla.
Esas circunstancias han favorecido a Paola Angon. “Le han dado alas” para tomar una posición crítica, de revancha, contra un PAN alicaído, que no sabe todavía procesar la debacle sufrida en las urnas.
Y ahora Paola Angon tiene todo para “convertirse en una piedra en el zapato” de Eduardo Rivera.