Incluso antes que la conformación del gabinete, la elección del futuro líder de los diputados locales de Morena, y por tanto presidente de la Junta de Gobierno y Coordinación Política del Congreso del estado, es lo que ha acaparado la atención de los curiosos tras el triunfo y posterior formalización de Alejandro Armenta Mier como gobernador electo de Puebla.
La expectativa tiene lógica en el hecho de que la siguiente legislatura rendirá protesta el 15 de septiembre, tres meses antes de que Sergio Salomón Céspedes deje la administración estatal y arribe, con todo y su batería de funcionarios de primer nivel, el nuevo jefe del Poder Ejecutivo.
Si en tiempo va primero el Congreso que el gabinete, es natural que la designación de ese personaje, que será representante y ejecutor de los intereses del gobernador en el Poder Legislativo, ya sea motivo de análisis, debates y hasta quinielas por parte de los integrantes de la clase política estatal.
Las miradas del público expectante se posaron primero sobre Julio Miguel Huerta Gómez y José Luis García Parra, quienes ocuparon los sitios uno y tres de la lista de candidatos plurinominales de la 4T y recibieron su constancia de mayoría con todo y la protesta de los partidos opositores que acusan sobrerrepresentación.
El conocimiento de la historia personal de García Parra con el futuro gobernador obliga a ponerlo a él por encima de cualquier otro aspirante, pero su eventual inclusión en el gabinete lleva a dirigir los reflectores hacia Julio Huerta, el primo del extinto Miguel Barbosa Huerta, quien gozó de un fugaz encumbramiento gracias a su designación como coordinador estatal de campaña de Claudia Sheinbaum, en la contienda interna, y a su participación como aspirante a la gubernatura.
Esa apreciación, sin embargo, hecha de manera rápida y superficial, se cae por esa misma peculiaridad de la carrera política del personaje.
Huerta Gómez creció como la espuma en el breve gobierno de Barbosa y tuvo unos meses más de vigencia debido a la gratitud de Sergio Salomón, que lo apoyó en sus aspiraciones al comienzo de la puja interna, pero carece de una trayectoria por la cual deban atribuírsele méritos propios y tampoco posee lazos de colaboración con Alejandro Armenta, más allá de los que comenzaron a crearse a partir de 2023, por meras situaciones circunstanciales, en el mismo contexto de la sucesión.
Sin José Luis García Parra y Julio Huerta Gómez como potenciales candidatos para ocupar el liderazgo del Congreso en la LXII legislatura, que arrancará dentro de tres meses, ¿quién entonces ocupará esa relevante posición?
Fuentes cercanas al gobernador electo sugieren mirar a quien ocupó el cuarto lugar en la lista de plurinominales y que gracias a ello será la última en entrar, de parte de Morena y la 4T, por la vía de la representación proporcional.
Se trata de Laura Artemisa García Chávez, un miembro del magisterio poblano que se incorporó a los quehaceres político-partidistas precisamente de la mano de Armenta Mier, a finales de la primera década del siglo.
García Chávez, una mujer de 54 años que fue coordinadora regional de campaña del candidato a gobernador en el pasado proceso electoral, pasó por el PRI, Movimiento Ciudadano, Nueva Alianza y Fuerza por México antes de llegar a Morena, pero los episodios de su carrera que merecen más atención son aquellos que muestran su estrecha relación política con Armenta.
En 2009 y 2010 fue parte de la Comisión Estatal de Procesos Internos (CEPI) del Comité Directivo Estatal del PRI, cuando el ahora mandatario electo era presidente de ese partido.
Posteriormente, en 2012, fue responsable estatal de vinculación con la sociedad civil en la campaña de Enrique Peña Nieto, de la que Armenta fue coordinador general en el estado.
Ocho años después, en 2020, fungió como secretaria general del partido Fuerza Por México, mientras Rafael Moreno Valle Buitrón, aliado estratégico de Armenta en ese instituto político, era presidente.
Si los movimientos que habrán de registrarse en las próximas semanas quitan a García Parra del camino, es muy probable que el nuevo Congreso empiece con una mujer en la presidencia.