“El nuevo PRI” fue una de las frases que la dirigencia estatal del tricolor usó para tratar de cambiar el discurso de la desbandada a la depuración al interior del partido. Una y otra vez, Néstor Camarillo repitió que seguían siendo una fuerza política importante.
“Se van los que no sirven para nada”, decían, y esos que “no servían para nada” los desfondaron.
Muchos ya se lo atribuyen a Jorge Estefan Chidiac.
En el 2020, el tricolor ganó las alcaldías de Zacatlán, Xicotepec, Chignahuapan y Zacapoaxtla. Cabeceras distritales, hoy no tienen una sola. Eran del PRI la Sierra Norte y la Mixteca, están perdidas.
El Verde, en cambio, tendrá cuatro cabeceras distritales, San Martín Texmelucan, Libres, Zacapoaxtla e Izúcar de Matamoros. Podrían convertirse en la segunda fuerza en el Congreso local, con entre 6 y 7 diputados locales.
Néstor Camarillo perdió, además, a dos de sus financieros importantes, los alcaldes de Zacapoaxtla —sí, el que le dio la constancia de indígena— y el alcalde de Atempan.
De acuerdo con el Programa Preliminar de Resultados Electorales (PREP), en el 2018, el tricolor tuvo 550 mil votos, hoy tienen solo 228 mil en la de ayuntamientos y 193 mil en la de la gubernatura.
Eran en ese entonces la tercera fuerza política del estado y hoy están hundidos en la quinta posición.
El Verde, partido al que se fueron priistas importantes para contender, tomó muy fácil su lugar y hoy es la tercera fuerza política en el estado, con 263 mil, 239 votos.
Sigue Movimiento Ciudadano, con 240 mil 423 votos y después del partido naranja, el expartidazo.
Solo atrás del expartidazo está el PT, pero por muy poquito, y todos los demás partidos que perdieron el registro.
Pero bueno, no esperen que los resultados sacudan al partido y a la dirigencia, no piensen que vendrá un momento de reflexión ni una estrategia política para mejorar.
Néstor Camarillo hoy solo piensa en el Senado, que ya tiene en la bolsa, y un Plan C para saltar del barco antes de que se hunda.