La cifra oficial de asistentes a la marcha de la “marea rosa”, realizada el domingo en el centro de la ciudad de Puebla, fue de 35 mil personas, prácticamente todas opositoras al gobierno del presidente López Obrador y a Morena que llegaron de los municipios de la zona metropolitana y de otras demarcaciones, como Tehuacán, Tepexi, Izúcar, Texmelucan, Zacatlán, Chignahuapan, Teziutlán, Huauchinango y Xicotepec.
Es regla general que los organizadores de toda manifestación o protesta pública como esa, que en un inicio tuvo como propósito abanderar un acto de defensa de la vida democrática nacional, pero que se volvió un mitin genuinamente opositor, van a inflar los números que difunden para tratar de generar un mayor impacto entre los ciudadanos, que al mismo tiempo son potenciales electores.
Eso obligaba a poner en duda la cantidad aportada por los responsables de la marcha e indagar el número real.
Aun sin conocer ese dato, sin embargo, bastaba con la sola apreciación personal, con la observación del contingente, así como de las fotografías y de los videos que se publicaron en redes sociales para saber que se había tratado de una protesta inusual, sumamente nutrida y relevante en el contexto de una comunidad poblana poco acostumbrada a tomar las calles para alzar la voz.
Como era previsible, el número oficial de participantes, dado a conocer a los representantes de los medios de comunicación, no coincidió con el que circuló de manera interna entre los organizadores y los generales de los cuartos de guerra de los dos principales candidatos de la oposición: Eduardo Rivera Pérez y Mario Riestra Piña.
La buena noticia para los promotores de la marcha anti-Morena y anti-López Obrador fue que esa cifra no fue muy diferente a la que se dijo a los reporteros y a la percepción que tuvieron quienes vieron a la multitud caminar desde la zona del Paseo Bravo hasta el zócalo por la avenida Reforma.
¿Cuántos opositores fueron invadidos entonces por la “marea rosa” el domingo en Puebla?
La cantidad reportada internamente es de 27 mil personas.
Este informe de asistentes inyectó de optimismo a los integrantes del bloque opositor, que ya venían de una buena semana después del debate de candidatos al gobierno del estado, porque interpretaron el hecho como la confirmación de la existencia de un importante sector de la población inconforme con los gobiernos de Morena y la 4T, pero además, dispuesto a salir de casa el 2 de junio para imprimir ese malestar en las boletas electorales.
Visto así, el saldo de la “marea rosa” resultó ser altamente positivo para las expectativas de la coalición Mejor Rumbo para Puebla, donde cohabitan PAN, PRI, PRD y en algunos casos el PSI.
El entusiasmo opositor es comprensible a partir de esa manifestación social.
No obstante, sus liderazgos, sus simpatizantes y sus candidatos tienen que detenerse para hacer una apreciación fundamental.
Esa masa social que salió a expresar su repudio a Morena y su apoyo a la oposición no representó lo mismo para Eduardo Rivera que para Mario Riestra.
La mayoría de los asistentes, más del 60 por ciento según datos internos del bloque opositor, fue conformada por habitantes del municipio de Puebla y de las Cholulas (San Andrés y San Pedro), lo que se traduce en mejores pronósticos para el candidato a alcalde de la capital que para el abanderado a gobernador.
Dicho de otra forma, esa “marea rosa” no vino a modificar la construcción de escenarios para el caso de la contienda por la gubernatura, donde Alejandro Armenta –de Morena y la 4T– ha ganado por anticipado la guerra de percepción, pero sí llegó a recordar a los observadores, y a los miembros de los ejércitos en competencia, que la ciudad de Puebla y su zona metropolitana se cocinan aparte.
Esa caminata de perfumados “fifís”, como despectivamente y sin reparo señala López Obrador a sus detractores, ha enviado un mensaje de advertencia a quienes consideran que Morena conseguirá idéntico respaldo electoral en todas las regiones del estado.
No será así, lo que parece una buena noticia no solo para Riestra, sino también para Guadalupe Cuautle en San Andrés y para Roxana Luna en San Pedro Cholula (muy a pesar del mal gobierno de Paola Angón).