El candidato a la gubernatura de Puebla por Morena, Alejandro Armenta Mier, ha comenzado a meterse con todo en la capital, consciente de que es precisamente en esta zona en donde enfrenta el mayor reto para su proyecto político y el de su partido.
No ha sido gratuito ver a Armenta, literalmente partirse en pedazos, para estar en el interior del estado y posteriormente regresar a Puebla capital a reforzar las campañas del resto de los candidatos, especialmente al del aspirante a la alcaldía, José Chedraui Budib.
Por eso, Alejandro sí aceptó estar presente en los diálogos convocados por la UPAEP, el alma mater de su adversario, Eduardo Rivera, porque no quiere dejar ningún espacio vacío para que otros lo llenen, a diferencia de otros candidatos que han evadido este tipo de encuentros.
Armenta también acudió al llamado del Consejo Coordinador Empresarial de Puebla, organismo que perdió mucha de la representatividad que tuvo en otro tiempo, pero que sigue pesando en ciertos sectores de la sociedad poblana y que de cierta forma tiene más afinidad con Eduardo Rivera o con Acción Nacional.
Armenta es el motor de Morena en la capital y en sí de la campaña federal y estatal, sobre sus hombros se recarga el sacar adelante esta elección, porque, como lo señalé en mi anterior entrega, carga con verdaderos lastres. Alejandro se ha tenido que multiplicar en el trabajo, tanto al interior del estado, en donde como lo comenté, enfrenta también problemas, como en la capital.
Si Armenta logra rescatar lo que parece imposible, la capital y los 2 millones de votos prometidos a Claudia Sheinbaum, para materializar el famoso plan C, nadie podrá atribuirse el mérito, solo el propio candidato a la gubernatura de Morena y su equipo, de nadie más.
La mapachera del Bienestar, candil de la calle. A raíz de lo publicado en este espacio, comenzaron a llegarme varios correos, para nutrir aún más la información dada a conocer en este espacio, fotos, documentos y más datos de todo lo que se vive al interior de la delegación del Bienestar en Puebla.
Parte de esta información gira en torno al mal trato al personal, al cual enviaron a colaborar en el rescate del puerto de Acapulco, devastado por el paso del huracán Otis, a los cuales albergaron durante meses en unidades deportivas sin aire acondicionado y desayunando frijoles y comiendo atún durante los meses en que apoyaron para la reconstrucción. O también, la carencia total de papel para el baño y jabón para lavarse las manos, lo que ha sido el sello de las administraciones de la 4T en muchas dependencias, por lo que no me extraña. Ya ni hablar del pago de viáticos y de gasolina, que se quedan solo en manos de los “jefes”.
Bueno, cuentan qué incluso en varias ocasiones, en el colmo de los colmos, les han llegado a cortar la luz por falta de pago y han tenido que pedir el apoyo del tío político para que les sea reconectada.
Los trabajadores de la delegación del Bienestar, son los primeros en esperar a que llegue el 2 de junio, para salir a cobrársela a Morena.
El periodista halcón. Antes se les conocía cómo “orejas”, era el personaje que iba a las conferencias de prensa o se mezclaba en los movimientos sociales para hacerse pasar por reportero, recabar datos e informar a gobernación.
Ahora algunos “periodistas” se han “sofisticado” en sus métodos y la hacen del “halcones”, cómo se les llama a los jóvenes de las comunidades rurales de nuestro país, que dan el “pitazo” a los huachioleros o huachigaseros, cuando se acerca la policía.
Los “halconcitos” se dan a la tarea de acudir a las comidas de candidatos a puestos de elección popular y luego le llevan el dato a sus adversarios, fotos, audios y chismes, con la esperanza de incrementar su convenio. Así que a la práctica del “porrismo” periodístico, ahora hay que agregar la del periodista “halcón”. ¡Cuidado!