nivel nacional, en Morena, se está anteponiendo el tema de la competitividad de los perfiles a simpatías o compromisos personales.

Por increíble que parezca, los líderes del partido lopezobradorista tienen claro el objetivo y para ello se están tomando las cosas muy en serio.

En esta ocasión, contrario a lo que sucedió hace seis años, en 2018, cuando tenían claro que la ola lopezobradorista lograría arrastrar a cualquiera a los cargos de elección popular, hoy están evitando caer en los excesos de confianza.

Una muestra de esta determinación fue la selección de Alejandro Armenta como el candidato de Morena al gobierno de Puebla, quien era el más competitivo.

En este momento, cuando se define el nombre del candidato, o como ellos gustan llamarlo, coordinador de los comités de defensa de la Cuarta Transformación de la ciudad de Puebla, sólo se apuesta por dos nombres: Pepe Chedraui, quien es el mejor posicionado en las encuestas; y la mujer más conocida (con todo y sus negativos), Claudia Rivera.

La siguiente pregunta sería si ese mismo camino será el que tomarán para las demás definiciones, como las diputaciones locales y federales.

Recordemos que son justamente las y los próximos diputados federales, la apuesta de Andrés Manuel.

El presidente necesitará tener al mayor número de legisladores a su servicio para poder hacer que sus iniciativas transiten por el Congreso de la Unión, el famoso “Plan C”.

Así que, regresando al tema de Liz Vilchis, la decisión de mantenerla en Presidencia pasa un poco por el sueldoprestacionesexposición y escaparate que le da el Ejecutivo Federal, pero más por los resultados que pudieron arrojar las mediciones.

No obstante, la decisión de no competir por la alcaldía capitalina le abre otras posibilidades. Ya se ha hablado en otros espacios de que la verdadera intención es postularla en el distrito 12 federal, ese que perdió Morena en la elección pasada por el escándalo del ex diputado federalSaúl Huerta, hoy preso en la Ciudad de México tras las denuncias por abuso de menores.

Lo barato sale caro

Aquel refrán que tan comúnmente se les dice a las personas tacañas bien podría aplicarse en esta ocasión al Gobierno Federal.

Por tratar de ahorrarse algunos pesos en el tema de ciberseguridad y hasta en la generación de protocolos y manuales, hoy más de 300 periodistas viven con la preocupación de saber que su RFC, CURP, nombre, edad, domicilio y un sinfín de datos personales, están a la mano de cualquiera que pueda pagar o acceder a la Deep Web.

Este jueves en Intolerancia Diario le presentamos un interesante reportaje realizado en colaboración con la consultora tecnológica KreaciaLabs, sobre la filtración de los datos personales de los periodistas que cubren la mañanera.