El riesgo más importante –hasta ahora– que se ha detectado en el proyecto electoral de Eduardo Rivera Pérez para intentar ganar la gubernatura de Puebla, tiene nombre y apellidos: se llama Paola Angon Silva, la edil de San Pedro Cholula, que se ha convertido en el factor más vulnerable del PAN en la Zona Metropolitana de Puebla, que es la región que aporta poco más de 4 de cada 10 votos que se generan en una elección estatal.
En el seno del Yunque, la organización que controla la vida interna del PAN, se ha aceptado pactar con la principal disidencia del albiazul que es el grupo morenovallista, controlado por la legisladora Genoveva Huerta Villegas, a quien se le ha prometido una cuota de candidaturas con tal de garantizar la unidad panista, tan necesaria para enfrentar la elección de 2024.
A lo único que no accede El Yunque, pese a ser una exigencia principal de los morenovallistas, es que se permita el intento de reelección de Paola Angon Silva, a quien se le ve como un factor de descrédito hacia el partido de la derecha.
A la alcaldesa se le considera un lastre para el intento del edil de la capital, Eduardo Rivera Pérez, de disputarle a Morena la gubernatura de Puebla. Es una presidenta municipal que se ha vuelto incómoda.
Espanta el “voto anti-4T”
San Pedro Cholula es una plaza prioritaria para la oposición debido a que, entre otros factores, en 2021 fue el tercer municipio –atrás de Puebla y San Andrés Cholula– en donde se expresó con más fuerza un electorado que no estaba detectado por la derecha, consistente en núcleos de ciudadanos que, sin tener participación con el PRI o el PAN, salieron a las urnas a sufragar contra el presidente Andrés Manuel López Obrador. Por eso se le llama a esta expresión el “voto anti-AMLO”.
Hace dos años, en el cálculo del PAN no se ganaba la alcaldía de San Pedro Cholula y de manera sorpresiva, hubo una ola de sufragios a favor de la entonces candidata albiazul, Paola Angon Silva, que por primera vez su nombre aparecía en las boletas electorales.
Ya transcurrida la elección, se detectaron cuatro áreas compactas de fraccionamientos en las que se produjo el triunfo de PAN y la derrota de Morena.
Dichas áreas residenciales se caracterizaban por registrar altos índices de abstencionismo, pero en la última contienda todo cambió, mucha gente salió a sufragar sin el impulso de alguna fuerza política. Su intención fue solamente manifestar su odio de clase y su racismo en contra del presidente de la República.
Al final de la pasada contienda electoral se vio, al interior del PAN, a Paola Angon como un importante activo político que había logrado captar ese malestar hacia la 4T. Se había vuelto “la sorpresa”.
Dicha visión positiva fue efímera, pues apenas arrancó el gobierno de la edil panista y empezó a brotar una larga, muy larga, lista de conflictos en el ayuntamiento cholulteca, que va desde escándalos de corrupción hasta un aumento fuerte en los índices de inseguridad, junto con la falta de proyectos de obras relevantes y un deterioro de los servicios públicos.
Sin contar con que la alcaldesa acabó distanciada o enfrentada con la mayoría de las fuerzas políticas que apoyaron su campaña electoral, y se supone que iban a formar un gobierno plural.
Esas desavenencias se extendieron a los grupos y corrientes del PAN de San Pedro Cholula, que encontraron en Paola Angon a una contrincante, a una rival y no a una líder moral.
Ahora ocurre lo inverso. Según las mediciones electorales que se han levantado en el municipio, la edil Paola Angon tiene un elevado índice de negativos y el grueso del electorado no identifica aspectos positivos. Lo que capta la mayoría de la gente son noticias malas por los permanentes conflictos que enfrenta la edil.
Por eso ahora se le ve a la presidenta como un factor adverso que podría espantar, desalentar, el “voto anti-AMLO”, a diferencia de los que pasó en 2021.
A eso obedece que El Yunque no quiere el nombre de Paola Angon en las boletas electorales.