Una vez resuelta para Alejandro Armenta la coordinación estatal de los comités de defensa de la 4T, ahora la atención, el nerviosismo, el jaloneo y las expectativas están, principalmente, sobre la candidatura de Morena a la alcaldía de Puebla capital.
Respecto de esa postulación surgen muchas dudas, sobre todo porque para esa posición el morenismo no tiene otro Armenta, es decir, un aspirante sólido, con experiencia y con altas posibilidades de triunfo.
Primera duda: si, como para la gubernatura, las encuestas fueron efectivas y determinantes, ¿quién es el puntero o la puntera?
No hay con claridad.
Segunda duda: si se piensa como en el viejo régimen, ¿será el candidato a gobernador –es decir, Armenta– quien defina esa posición?
Tercera duda: su raquítico 3 por ciento en las preferencias, un capital insignificante, ¿le alcanza al Partido del Trabajo (PT) para exigir esa posición en la alianza con Morena? (la misma duda se extiende al PVEM).
La verdad es que no. De obtenerla, sería una generosa concesión.
Cuarta duda: ¿puede ir el morenismo con un candidato o candidata débil, con tal de cumplir la cuota de coalición?
Sería un error grave para la campaña estatal, pues hay que recordar que 34 por ciento de la votación de toda la entidad se encuentra en la capital y la zona conurbada.
Quinta duda: ¿el gobernador Sergio Salomón lleva mano y podrá impulsar a un candidato ciudadano?
No lo descarte. Ahí está Pepe Chedraui, su mejor amigo, y con un buen posicionamiento.
Sexta duda: el género.
Ya vimos que Morena, al menos para los estados, fue escrupuloso con la regla de género, sin importar el potencial competitivo.
Todas esas dudas asaltan hoy a los participantes.
Y cada día con mayor fuerza, pues las inscripciones comenzaron este lunes 13 de noviembre y terminan el próximo 22 de noviembre.
El nerviosismo invade a los aspirantes con posibilidades.
También a los suspirantes sin ninguna oportunidad.
Se habla de más de una decena de tiradores, cada cual con mucha, poca o nada de fuerza y posibilidad.
En la larga lista, entre quienes levantaron la mano y a quienes se menciona, están:
Olivia Salomón, exaspirante a la gubernatura y extitular de Economía estatal; la diputada local Nora Merino Escamilla (PT), el diputado federal Alejandro Carbajal, los legisladores locales Iván Herrera, Antonio López (PT); los regidores Elisa Molina y Leobardo Rodríguez, y el secretario estatal de Trabajo, Gabriel Biestro.
También hay que contar al exdelegado de los programas de Bienestar, Rodrigo Abdala, y el ex diputado local del morenovallismo Tony Gali López (PVEM).
Por cierto, que este lunes hay un hecho que vale la pena subrayar.
Pepe Chedraui se reunió con algunos de los aspirantes de Morena/PT.
El empresario colgó la foto en sus redes y resaltó una ruta hacia la unidad.
La gráfica da la impresión de que está planchado –o le están planchando– el apoyo para el empresario, en caso de pasar la prueba de las reglas internas morenistas.
Se notó la ausencia de los citados Alejandro Carbajal y Toño López.
Precisamente los dos aspirantes que más han mostrado rechazo a la opción de Pepe Chedraui.
Lo cierto es que un perfil como el de Chedraui, como empresario y con una buena imagen, puede convocar al voto que de por sí es anti Morena.
No solamente a la base social lopezobradorista.
Algo similar a lo que pasa con Olivia Salomón.
Hay que recordar que desde 2019 en la elección extraordinaria y luego en la intermedia de 2021, quedó claro que la capital y la zona conurbada son territorio adverso para el morenismo.
De ahí que sea tan necesario sea un perfil distinto.
Uno que no sea enteramente lopezobradorista de cepa.
Se busca competitividad.
Unidad.
Un personaje, hombre o mujer, que pueda darle la batalla a la derecha e incluso arrebatarle votos al PAN y al que se perfila como el candidato del Frente Amplio por México, Mario Riestra.
Se busca un ganador (a).
¿Lo tendrán?