A menos que el presidente López Obrador y Claudia Sheinbaum se vean en la apremiante necesidad de postular una mujer como candidata a gobernadora de Puebla para favorecer a cuatro hombres en otras de las nueve entidades del país que estarán en disputa el próximo año, lo que obligará a Morena a realizar un burdo acto de alquimia estadística para justificar su decisión, la Comisión Nacional de Elecciones de ese partido designará este viernes a un integrante del género masculino como coordinador estatal de los comités de defensa de la 4T.
La aseveración no es ociosa ni deriva de influencias subjetivas provenientes de los cuartos de guerra de los aspirantes hombres, sino de las palabras vertidas en las últimas horas por el líder nacional de Morena, Mario Delgado Carrillo, así como de los resultados observados en las numerosas encuestas sobre intención de voto que se hicieron públicas en los meses previos a la definición del candidato y que coincidieron –casi todas– en la ubicación de los mismos dos punteros: Alejandro Armenta Mier e Ignacio Mier Velazco.
El dirigente del partido presidencial dio ayer una nueva rueda de prensa para responder las dudas que existen en torno a los acontecimientos políticos que ocurrirán el viernes.
Abundó, por ejemplo, en la manera en que serán entregados algunos de los premios de consolación para los aspirantes perdedores.
Aquellos competidores hombres que ganen la encuesta, explicó, pero que por las obligaciones de paridad tengan que ceder su postulación a una mujer, serán candidatos al Senado.
“Es decir, si yo gané mi encuesta en la entidad, pero por regla de género no soy el precandidato, entonces yo puedo optar de manera directa por la candidatura al Senado para la primera fórmula en esa entidad”, detalló.
La gran incógnita, sin embargo, tiene que ver con el criterio que utilizarán los miembros de la Comisión Nacional de Elecciones para aplicar la regla de género.
Aquí viene lo interesante.
Delgado Carrillo mostró la ruta.
En ese mismo encuentro con representantes de los medios de comunicación, dijo que Morena dará la candidatura a una mujer en los casos que sea más competitiva frente a la oposición, aunque no gane la encuesta interna.
Basta revisar las múltiples encuestas y estudios de opinión que se dieron a conocer este año para ver que las mujeres más competitivas de Morena en el estado, Claudia Rivera Vivanco y Olivia Salomón Vibaldo, no salieron victoriosas en los careos que se efectuaron contra el único precandidato opositor, el panista Eduardo Rivera Pérez.
Este punto será trascendente para tomar la decisión en Puebla.
Todos estos trabajos estadísticos carecieron de carácter formal, por no contar con la autorización del partido para ser elaborados, pero, respaldados muchos de ellos por empresas encuestadoras acreditadas públicamente, sirvieron para mostrar tendencias reales de percepción social.
Si Mario Delgado no mintió en las variables expresadas este martes y si las encuestas, ahora sí oficiales, coinciden con los números que los poblanos miraron desfilar por todos los medios posibles durante meses, la postulación no podrá ser para una mujer.
A menos, como se advierte al principio de esta columna, que López Obrador y su muy probable sucesora tengan intereses políticos superiores en otros estados de la república mexicana para favorecer a otros hombres, por encima de los que compiten aquí en Puebla.
Hacerlo no sería fácil, porque el partido tendría que presentar números estadísticos muy diferentes a los que se han visto y exponer valoraciones subjetivas poco convincentes.
Pero, ante ese escenario hipotético, claro que puede hacerlo
Morena hace lo que el presidente quiere y manda.
Faltan menos de 72 horas para saber por fin quién será el candidato de Morena al Gobierno del estado.
X: @jorgerdzc