A unos días de que ahora sí, supuestamente, se den a conocer los nombres de los nueve ganadores en igual número de entidades en donde habrá elecciones concurrentes el próximo año, la incertidumbre se mantiene no solo en Puebla, sino en al menos siete entidades en donde Morena no haya encontrado la forma de lograr la unidad.
En la Ciudad de México la “guerra” entre los puros, que pugnan porque la candidata sea la exalcaldesa de Iztapalapa, Clara Brugada, y el exsecretario de seguridad, Omar García Harfuch, se mantiene al “rojo vivo”, “aderezada” ahora por el enfrentamiento directo entre el presidente López, aliado de Brugada y el suegro del denominado “Batman”, el empresario Ricardo Salinas Pliego.
La lucha es a muerte y amenaza con partir al morenismo en la capital del país, aunque tal vez esto sea insuficiente para que la oposición se pueda alzar con el triunfo, toda vez que el dirigente nacional del PAN, Marko Cortés, y su pandilla, perfilan al alcalde de la Benito Juárez, Santiago Taboada, para encabezar la candidatura del Frente, para seguir con el jugoso negocio inmobiliario en la CDMX.
Sin duda, quien gane la candidatura, sea Brugada o sea Harfuch, lo que suceda en la Ciudad de México, será clave para definir el resto de las entidades y hasta el futuro de la elección, de ese tamaño será lo que se dé a conocer el próximo viernes.
Como se puede observar, es claro que ya hay un choque al interior de Morena, partido que por más que digan que va a salir en unidad del este proceso, no será así. Los bloques están perfectamente identificados, los que han acompañado al presidente durante múltiples años de lucha y los arribistas que hoy buscan colgarse de las siglas de este partido, mismos que tienen nula identificación con la “presunta” izquierda que encabeza López.
Los arribistas que provienen principalmente del PRI, aunque también del PAN y algunos de MC, comienzan a desplazar a los cuadros que originalmente acompañaron a López durante los años “difíciles” y que antes del 2018, comenzaron a ganar posiciones en detrimento de los morenistas “originales”.
El pragmatismo es el que ha comenzado a prevalecer al interior de Morena, e incluso la propia candidata Claudia Sheinbaum, quien se decía era sumamente radical, se ha dejado ver del lado de quienes vienen de otros partidos políticos, como en el caso de la Ciudad de México, con el caso de su secretario de Seguridad, Omar García Harchuf.
Para el caso de Puebla, la situación sigue igual, los dos principales contendientes, el coordinador de los diputados federales de Morena, Ignacio Mier, y el senador de la República, su primo, Alejandro Armenta, han seguido la misma estrategia de declararse ya los ganadores y publicar encuestas, para tratar de ponerle presión a la decisión final. ¿Quién dijo que no habría guerra entre los primos?
El exsecretario de Gobernación, Julio Huerta, se ha sumado a la misma estrategia y también ya se dice el ganador de las encuestas, mientras que el exdelegado de Bienestar, Rodrigo Abdala Dartigues, al parecer es quien se ha dejado ver más tranquilo, más maduro y más sereno.
Por el lado de las mujeres, Olivia Salomón, Claudia Rivera y Liz Sánchez, todas al parecer ya saben que la balanza se va a inclinar a favor de un hombre, por lo que ya solo parecen estar a la espera de que se tome la decisión final.
La dirigencia nacional de Morena extendió ayer un comunicado, en el cual demanda a todos los aspirantes, a abstenerse de llevar a cabo más actividades de promoción y es que el proceso electoral, en sus fases federal y local, ya comenzó de manera oficial, por lo que ahora si cualquier acción que pudieran llevar a cabo se puede considerar como acto anticipado de campaña.
Solo esto pudo detener el abierto proselitismo de los aspirantes de este partido a los diferentes puestos de elección popular que estarán en juego el próximo año.
Los próximos cinco días van a ser de mucha incertidumbre y en donde, por supuesto, va a arreciar la guerra sucia. ¿De verdad alguien pensó que el proceso interno de Morena, no iba a dejar heridos y profundas cicatrices difíciles de cerrar?
Después de todo, como lo hemos señalado múltiples veces en este mismo espacio, se trata, como dijera el exgobernador Melquiades Morales Flores, de la lucha por el poder y no la coronación de la reina de la primavera, y hasta en esos concursos a veces hay golpes.
La guerra al interior de Morena ya es inevitable y ya ni los premios de consolación van a poder evitar una gran ruptura, la diosa de la fortuna, al igual que como ocurriera en la guerra de Troya, pesa el alma de cada uno de los contendientes, para ver cuál de ellos será el favorecido.
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Ilustración: Alejandro Medina