Como si se tratara de una cábala, el PAN Puebla presentó su decimotercera denuncia en contra de los representantes de la 4T, por presuntas violaciones a la ley electoral.
En está última querella, los señalados son Antonio López y Mónica Silva. Ambos diputados entregaron cajas de leche y otros apoyos de Bienestar mientras utilizaban camisas con su nombre y las siglas de su partido.
La línea entre la libertad para vestir como uno guste y la promoción personalizada con uso de recursos públicos es muy delgada, tanto que será tarea de las autoridades electorales definir si este par de adelantados es o no sancionado.
La mala noticia para ambos es que no se trata de la primera ocasión en que se les denuncia. Tanto López como Silva tienen otra querella en su contra, también presentada por Acción Nacional, por presuntamente violar la ley electoral.
Aunque no son los únicos, sí son reincidentes.
Además de los diputados petistas, Julio Huerta también suma dos denuncias en su contra, mientras que Alejandro Armenta y Nacho Mier tienen una.
Hasta hace una semana apostarle a que estas denuncias quedarían archivadas en un cajón era posible, sin embargo, con el fortalecimiento nacional del Frente Amplio, seguramente éstas serán atendidas.
Las sanciones pueden ir desde una amonestación pública o solicitar que se repare el daño hasta perder la elegibilidad, es decir, la candidatura.
¿Entenderán que las reglas se deben respetar o le apostarán a la soberbia?
Veremos y diremos.
Austericidio de AMLO suma otra muerte
“Niña de 6 años” fue tendencia durante toda la tarde de ayer en Twitter. Las imágenes y videos de la menor que quedó atrapada en la parte superior de un elevador, del Hospital de Playa del Carmen, son desgarradoras.
La menor había sido ingresada por un cuadro de dengue, intentaban llevarla al nivel dos, pero una falla mecánica, que había sido reportada y presuntamente reparada, generó que el elevador comenzara a subir con las puertas abiertas y sin que la camilla hubiera ingresado completamente.
La pequeña quedó prensada y ahí murió.
No fue un accidente ni un “lamentable suceso”, se trató de una consecuencia ante la falta de mantenimiento a los hospitales y unidades médicas del IMSS, en todo el país.
La austeridad, que por petición de AMLO pasó a ser “pobreza franciscana”, cobró una vida, una más. ¿Cuántas más?
En lugar de detener a un camillero, de culpar a los técnicos o buscar un chivo expiatorio, Andrés Manuel debería explicarnos por qué se recorta dinero en la salud pública, mientras se derrocha en proyectos huecos como el Tren Maya y la refinería de Dos Bocas.
Zoe Robledo tendría que comparecer y definir si su prioridad es la campaña o mantener con vida a los pacientes del IMSS.
Mara Lezama, la gobernadora Morenista de Quintana Roo, haría bien en preocuparse por la calidad en los servicios de salud para los quintanarroenses en lugar de sacar videos promocionando el Tren Maya que difícilmente arrancará.
Por lo pronto, apostemos para que esta tragedia no le cause otra carcajada en la mañanera, al inquilino de Palacio Nacional.