Una y otra vez lo hemos comentado en este espacio, al michoacano, Marko Cortés, le importa un comino lo que pase en Puebla, es más, se prepara para entregar la plaza a Morena y específicamente si el candidato a la gubernatura por este partido, es el coordinador de los diputados federales, Ignacio Mier Velasco.
Hay un pacto tácito, entre Cortés y Mier, como ya lo he comentado, para que no se toque al coordinador de los diputados federales de Acción Nacional, Jorge Romero, involucrado en el tema del cártel inmobiliario de la delegación Benito Juárez.
A cambio, Cortés debe de descarrilar al único aspirante serio, que tiene la oposición en Puebla y que no es otro que el actual presidente municipal de la capital, Eduardo Rivera Pérez.
Cortés detesta a Eduardo Rivera; el michoacano es parte de esa herencia del panismo “pragmático”, que dejó incrustado en este partido, el ex gobernador de Puebla, Rafael Moreno Valle, quien se apropió de la nomenclatura de Acción Nacional, aunque fue traicionado en su momento por Ricardo Anaya, quien a su vez impulsó la carrera de Marko y su grupo.
Marko y su gente tienen miedo de que, si Eduardo Rivera gana la gubernatura de Puebla, se pueda convertir en un adversario de “peso” y puedan desplazar a él y su grupo de la dirigencia nacional de este partido, para que regresen los “dogmáticos” o yunquistas y le quiten las jugosas prerrogativas y negocios al amparo del poder que hacen este personaje y sus allegados.
Es por esta razón que a Cortés le conviene más que pierda Eduardo Rivera a que gane una elección más en Puebla, por eso no ha tenido reparo en proteger a sus detractores, la diputada federal, Genoveva Huerta Villegas y el diputado local y socio de esta, Eduardo Alcántara, quien fue sentenciado como por el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, por incurrir en violencia política de género en contra de Erika de la Vega y a quien también le solicitó favores sexuales a cambio de entregarle la candidatura a la gubernatura, la cual recayó en manos de su suegra, la actual alcaldesa, Paola Angón.
Huerta Villegas y Alcántara son los encargados por Cortés de tratar de descarrilar el proyecto de Eduardo Rivera Pérez, esto explica porqué les ha brindado toda su protección y porque ha tratado de evitar su expulsión del albiazul, por cierto, la pareja sentimental de Genoveva, Irving Vargas, es el encargado de llevar a cabo la defensa de Eduardo Alcántara ante los órganos internos del PAN, algo que no es novedad, debido a la relación de complicidad que existe entre estos personajes.
Esta es la verdadera razón por la cual, Genoveva y Alcántara cuentan con la protección de Marko Cortés, quien les ha encomendado a estos personajes, descarrilar a Eduardo Rivera y quedar bien con Morena. Fuera máscaras señores.
Los nexos de Cortés no solo son con Mier, en realidad él es aliado de todo aquel que quiera dejar fuera del escenario político a Eduardo y a su grupo, sabedor de que, si Eduardo Rivera logra ganar la gubernatura de Puebla, tendrá una gran ascendencia sobre las decisiones a futuro del albiazul.
Esto también explica las voces de los “paleros” que han salido a la defensa de Alcántara, para que no sea expulsado de Acción Nacional, no quieren la unidad, solo buscan quedar bien con Cortés para ganar posiciones y mantener sus privilegios en el 2024, por supuesto, por la vía plurinominal, porque son incapaces de poder ganar una elección.
Por supuesto que todo esto, Eduardo Rivera ya lo sabe y ha tomado nota de todo esto, sabe perfectamente que, si va por la candidatura a la gubernatura de Puebla, lo hará, aún con la dirigencia nacional de su partido en contra, pero le tiene sin cuidado.
El alcalde capitalino prefiere hacer una alianza con la sociedad y comenzar a construir su propia vía, sabedor de que tiene el control de Acción Nacional en Puebla, aunque tampoco serían para nada fáciles las cosas para él teniendo en contra a su propia dirigencia.
Político como es, Eduardo Rivera va a volver a buscar construir con Cortés para tratar de tener mejores oportunidades, aunque de antemano sabe que, hasta el momento, la situación no está a su favor.
Eduardo ya hizo historia, al ser el único personaje en la era moderna de la Angelópolis, en ser dos veces presidente de la ciudad más importante en el estado. La polis, como el ex gobernador, Manuel Bartlett Díaz.
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Ilustración: Alejandro Medina