Alejandro Armenta Mier ha entrado, ya de lleno –por primera vez con definiciones claras y directas–, en la búsqueda de la candidatura de Morena a la gubernatura de Puebla, cuando faltan alrededor de 500 días para la elección del nuevo mandatario del estado. Dice estar confiado y seguro que tiene los índices de popularidad suficientes para ganar las encuestas de la contienda interna del partido de Regeneración Nacional que definirán al abanderado.
Con esa seguridad el presidente de la Mesa Directiva del Senado de la República salió –ayer– a mostrarse ante un nutrido y diverso grupo de directores, propietarios y columnistas de medios de comunicación locales, con los que se reunió en un restaurante de la zona de Angelópolis. Y como parte de ese proyecto hizo tres definiciones fundamentales:
No se va de Morena por ninguna razón, aunque no gane la nominación, de la que todo el tiempo estableció que no tiene manera de perder. Con ello, cortó de tajo la especulación de que estaría negociando con los partidos Movimiento Ciudadano o del Trabajo tener un espacio alternativo para competir en la sucesión de 2024.
Otra definición: no va a buscar ser candidato a la alcaldía de Puebla o reelegirse en el Senado, como compensación ente una eventual derrota en la carrera por la postulación a aspirante a mandatario estatal. Su objetivo es la competencia por la gubernatura y no hay “un proyecto B”.
Y la tercera es que su principal rival es su excorreligionario de militancia priista y miembro de su misma familia: su primo Ignacio Mier Velazco, el coordinador de los diputados federales de Morena.
A lo largo de su intervención, Armenta desmenuzó importantes diferencias que existirían entre él y su primo Ignacio Mier, a quien acusó de desplegar una estrategia –que definió de “nado sincronizado”– consistente en generar calumnias y engaños en redes sociales y espacios periodísticos para intentar ganar la postulación de la 4T. Estas son algunas diferencias que estableció:
Mier quiere ganar la candidatura “esperando la bendición” de la Presidencia de la República y sin escalar en los índices de popularidad del electorado poblano. Un plan del que dijo tener la convicción que no le va a funcionar, porque la designación del abanderado de la 4T necesariamente va a pasar por el levantamiento de un conjunto de encuestas.
En contraparte, Armenta aseveró que él no es “un líder mesiánico”, sino es un “líder comunitario”, cuyo capital político se ha edificado por su constante contacto con la población de todo el estado, por lo que ahora tiene el trabajo político necesario para ganar las encuestas de Morena.
Acusó a su rival de crear dos distorsiones:
Sostuvo que quien creó la idea de que solamente hay dos aspirantes a la candidatura de Morena, es decir Mier y Armenta, fue el coordinador de los diputados federales como una manera de buscar eliminar a varios rivales en la contienda interna del partido.
En cambio, señaló que él está a favor de que se midan todos los aspirantes que hay a la nominación morenista.
En ese sentido, consideró que deben ser incluidos –en las encuestas de Morena para seleccionar al candidato– al exsecretario de Educación Melitón Lozano Pérez; a la titular de la Secretaría de Economía, Olivia Salomón Vibaldo, y la exedil de la capital poblana, Claudia Rivera Vivanco, entre otros actores.
Una segunda distorsión –expuso– es que Mier sembró la idea de que Armenta se debe únicamente al impulso del exgobernador Mario Marín Torres, quien se encuentra preso en Quintana Roo.
Al respecto, el senador sostuvo que es erróneo y una difamación quererlo identificar con solamente un exmandatario.
Describió que su carrera política inició en el periodo de Mariano Piña Olaya, creció en el sexenio de Manuel Bartlett Díaz, se consolidó con los exmandatarios Melquiades Morales Flores y Mario Marín Torres, y tuvo colaboración con el extinto Luis Miguel Barbosa Huerta.
Un tema obligado del que lo interrogaron los asistentes a la comida: ¿Qué pasó en el evento del viernes pasado, que fue encabezado por el secretario de Gobernación, Adán Augusto López Hernández? Acto en el que el funcionario federal llamó a la unidad de Morena en Puebla y le levantó las manos al unísono a Mier y Armenta.
Sobre ese episodio, sostuvo que la organización corrió a cargo de Mier y había la intención deliberada de excluir a Armenta.
Fue Adán Augusto López quien corrigió de última hora, pues sabe de las mediciones –en la opinión pública– que tiene cada uno de los aspirantes y es quien llamó a Armenta a incorporarse a ese encuentro.
Otra pregunta obligada: ¿De dónde surge esa rivalidad entre los dos primos?
Para responder a esa pregunta, de inmediato, Armenta atajó: “yo nunca lo he atacado”, curiosamente luego de cuestionar el fracaso de su primo en la aprobación de la reforma eléctrica en la Cámara de Diputados, de la derrota electoral de Morena en Durango en 2021 –en donde el diputado federal representaba a la fuerza política morenista– y de querer ganar la candidatura de Puebla “con encuestas cuchareadas”.
Sostuvo que él ha sido víctima de agresiones de su primo a lo largo de los últimos 15 años, por medio del periódico Cambio, del cual Ignacio Mier es uno de los socios.
Relató que algún día le reclamó y quiso conciliar. La respuesta de Mier fue: arréglate “con el director del medio”.
Y cuando habló con el encargado de ese rotativo, este le contestó: “se trata de negocios”, la causa de los ataques constantes contra Alejandro Armenta.
