El dizque dirigente estatal del PRI, Néstor Camarillo, no entiende que no entiende.
Cree que la designación del candidato de la coalición a la gubernatura de Puebla en el 2024 va a depender de su opinión, ¡por favor!
La designación del abanderado de la coalición PAN, PRI y PRD a la gubernatura de Puebla la tiene en sus manos las dirigencias nacionales de estos partidos políticos y en la Ciudad de México, ya se sabe que el personaje mejor posicionado es el alcalde capitalino de extracción panista, Eduardo Rivera Pérez.
Las expresiones de un personaje tan menor como lo es Camarillo, solo le dan risa al panismo poblano, quien tilda de “sueños guajiros”, al dizque condicionamiento que este personaje ha hecho a una posible postulación de Rivera Pérez a la gubernatura, a cambio de que él sea el candidato de la coalición a la alcaldía de Puebla.
Ya en otras ocasiones hemos señalado que el panismo poblano está dispuesto a ir solo a la elección en Puebla capital, en caso de que Camarillo insista en quererse postular como candidato a la alcaldía, cuando nadie lo conoce y el PRI acumula el mayor nivel de rechazo entre los ciudadanos de la Angelópolis.
El caso de Néstor Camarillo es digno de un psiquiatra, se cree el verdadero dirigente del tricolor, cuando todos sabemos que quien realmente toma las decisiones y tiene la interlocución con el gobernador Barbosa, es el diputado, Jorge Estefan Chidiac, quien, a su vez, como ya quedó demostrado en las grabaciones presentadas por la gobernadora de Campeche Layda Sansores, si es cercano al impresentable de “Amlito” Moreno.
Los panistas poblanos jamás aceptarían que un priista encabece la coalición en Puebla capital, reitero, en el remoto caso de que así quisiera el PRI a nivel nacional, entonces no habría coalición en Puebla capital y entonces sí, Camarillo podría cumplir su capricho de ser candidato, pero no obtendría, ni el 2 por ciento de votación.
El intento de chantaje del seudo dirigente del tricolor da risa, aunque sí provoca mucha molestia entre los integrantes de la coalición, a quienes les queda claro que no hay mejor perfil que Eduardo y en caso de que el alcalde capitalino no quisiera, entonces solo en ese caso, la otra carta sería Jorge Estefan o en su defecto Blanca Alcalá, aunque Jorge lo que realmente quiere es ser quien encabece la fórmula de la coalición al senado de la República, lo que prácticamente le garantiza su ingreso a la Cámara Alta, ya sea como el ganador de la contienda o como primera minoría.
Es más, la senadora de la República, Claudia Ruiz Massieu, en su pasada visita a Puebla, durante un desayuno en el Club de Empresarios, se manifestó a favor de Eduardo, para encabezar a la alianza opositora rumbo a la elección del 2024.
Esto evidentemente molesto a Camarillo, un personaje, reitero, menor y con mucho afán de protagonismo, quién inventó el tema de que el PRI tiene sus propios cuadros.
Las candidaturas a la gubernatura de Puebla y a la alcaldía, las va a encabezar el PAN y reitero, aunque la coalición se haga de manera parcial y no total, e incluso, si es necesario, sin ir con el PRI en Puebla capital. Es cuánto.
La popularidad del presidente ni sube, ni baja. El Financiero publicó su más reciente encuesta sobre la aprobación del presidente López, la cual elabora su encuestador, Alejandro Moreno, quien antes trabajó para el grupo Reforma.
Lo más relevante de esta encuesta es que prácticamente durante todo este año, el presidente se mantuvo en niveles de aprobación del 55 por ciento, es decir, ya no sube, pero tampoco baja.
De acuerdo con El Financiero, la aprobación del presidente, es incluso inferior a la que tuvo en su momento, el ex presidente, Calderón, quien, al inicio de su cuarto año, presumía una aprobación del 59 por ciento, Fox de más del 60 por ciento y Salinas y Zedillo superior al 64 por ciento.
Pero lo realmente interesante del estudio, es que muestra cómo ha crecido el nivel de desaprobación del mandatario federal, cuyo esquema de polarización, al parecer comienza a fallar y a reducirse como suele ocurrir en cada administración.
Esto refuerza lo que aquí en este espacio hemos comentado, para nada el 2024 será un “día de campo” para el lopezobradorismo, quien tiene todavía que enfrentar dos años de mantenerse en el gobierno, pero sobre todo de su falta de resultados.
Twitter: @riva_leo