Blanca Yassahara Cruz García arrancó con “el pie izquierdo” su desempeño como nueva presidente del Instituto Estatal Electoral de Puebla (IEE). Su primer mensaje oficial lo inició prometiendo que recuperará la confianza y una percepción positiva en el árbitro de los comicios locales. Sin embargo, la funcionaria en unos pocos segundos hizo a un lado esos propósitos y ha dejado entrever una fuerte simpatía, o mejor dicho subordinación, a la alianza de facto que existe entre Lorenzo Córdova Vianello, el presidente del INE, con el PAN y el PRD.
Dicho de otra manera, Blanca Yassahara Cruz García de inmediato se ha mostrado como una funcionaria electoral anti 4T.
Su actitud está en sintonía con el comportamiento faccioso del INE que ha mostrado en los dos últimos años al tomar partido en las contiendas electorales y abiertamente ser un adversario de Morena, rompiendo con los principios de imparcialidad y legalidad.
El comportamiento de Cruz García es congruente en el sentido de que fue el INE el que la seleccionó para hacerse cargo del IEE.
La nueva funcionaria surgió de la estructura orgánica del INE. Su elección para el actual cargo está muy cuestionada por dos motivos:
Primero: por carecer de la experiencia necesaria. Esta mujer fue funcionaria intermedia en un par de consejos distritales del INE en la ciudad de Puebla y el municipio de Acatlán de Osorio. Nunca ha pasado por el ensayo de organizar una elección estatal, que es la labor que ahora le toca orquestar en un plazo de un año.
Segundo: en la selección de la nueva titular del IEE, se dejaron fuera a dos perfiles de mujeres que ya habían participado en la tarea de construir procesos electorales estatales, solo que no contaban con la simpatía de los consejeros del Instituto Nacional Electoral.
¿Por qué se puede deducir que Blanca Yassahara Cruz García tiene un comportamiento anti-4T? Solo hay que revisar su primer discurso leído ante el Consejo General del IEE, de la siguiente manera:
Al inicio de su intervención señaló: que quienes integran el IEE tienen el deber de seguir los principios rectores de certeza, imparcialidad, objetividad… en el desempeño institucional.
Pues apuntó: “Es impostergable asumir la tarea colectiva de mejorar la percepción pública de la institución –es decir del IEE—para recuperar la confianza ciudadana, de actores políticos y poderes públicos”.
Esos buenos propósitos, que se supone son los principios que toda autoridad electoral, los hizo a un lado la presidenta del IEE unas líneas adelante de su discurso, al pronunciar lo siguiente:
Señaló que “entre las propuestas a debate” que hay en la actualidad, “se encuentra la desaparición de los institutos y tribunales electorales” como parte “de una mal llamada federalización de la función electoral”.
Y agregó: “se dice que el sistema –electoral—debe ser más sencillo y más austero”, para después hacer una disertación del federalismo surgido en el siglo XIX y concluir diciendo: “la nación asumió que las decisiones centralizadas pueden resultar más sencillas, pero no más eficaces”.
Con lo anterior, se pronunció abiertamente en contra del proyecto de reforma electoral que el presidente Andrés Manuel López Obrador mandó al Congreso de la Unión que, entre otros aspectos, propone eliminar los institutos y tribunales electorales de los estados, además de bajar el costo de la organización de los comicios –que a nivel federal es del orden de los 20 mil millones de pesos—y el elevado financiamiento a los partidos políticos.
Cruz García remató sus ideas con el siguiente llamado: “Confiamos que nuestros legisladores actúen con prudencia, sabiduría y visión histórica… atentos a todas las voces”.
Con ese mensaje, Blanca Yassahara Cruz García asume tres posiciones negativas:
1.- El debate sobre la reforma electoral únicamente compete a las fuerzas políticas representadas en el Congreso de la Unión.
Los funcionarios electorales solamente tienen la labor de aplicar la legislación en la materia y no la pueden interpretar, discutir o debatir. No tienen que invadir la esfera de los diputados federales y senadores, de los partidos políticos y líderes de opinión pública.
Es elemental entender que los funcionarios electorales son los árbitros de las contiendas, no son los jugadores.
2.- En ese sentido, Cruz García tenía que actuar con imparcialidad y no ponerse del lado ni de Morena ni del bloque opositor formado –por ahora—con el PAN y el PRD.
Ayer al descalificar el proyecto de reforma del presidente Andrés Manuel López Obrador se ha puesto del lado de las fracciones de oposición.
Sería igual de reprobable que se hubiera mostrado a favor de la iniciativa del mandatario federal y de Morena.
Su comportamiento parece estar imitando la actitud facciosa de Lorenzo Córdova Vianello, que con todo descaro ha sido el más furibundo opositor a la propuesta electoral de la 4T y con todo cinismo, a principios de este año, el presidente del INE acudió a las plenarias legislativas del PAN y el PRD, como parte de la alianza de facto que tiene con la oposición.
3.- Si Blanca Yassahara Cruz García tuviera un verdadero ánimo de que el IEE recupere la confianza y credibilidad, tendría que haberse preocupado –ayer en su primer mensaje– por los vicios, abusos y yerros que la autoridad electoral local cometió en los comicios de 2018 y 2021, en lugar de mostrar una actitud lisonjera con su ex jefe: Lorenzo Córdova Vianello.
Por la Jornada de Oriente