Una dependencia del gobierno del estado que en el último año ha venido eludiendo con pretextos, tecnicismos e interpretaciones legaloides las solicitudes de información pública que se le formulan, es la Secretaría de Educación Pública, a cargo de Melitón Lozano Pérez.
A la SEP se le ha venido requiriendo información sobre el personal docente contratado de 2019 a la fecha, la forma en que fue contratado (como trabajador de base, honorarios o de confianza), con qué categoría ingresó, cuál es su área de adscripción y en qué centro de trabajo presta sus servicios, pero en todos los casos las respuestas son vagas, genéricas o francamente mentirosas, y violatorias del espíritu de la Ley General de Transparencia y Acceso a la Información Pública y de la Ley de Transparencia y Acceso a la Información Pública del Estado de Puebla.
En unos casos, la Unidad de Transparencia de la SEP envía instrucciones y links que no contienen la información requerida, en otros aduce que no está obligada a elaborar documentos ad hoc para atender dichas solicitudes, y en otros más alega que las peticiones exceden por mucho sus capacidades, por lo que el solicitante debe agendar una cita y acudir personalmente a la dependencia para que allí, a través de consulta directa en versiones públicas, cheque los expedientes motivo de la solicitud de información.
Puros pretextos y justificaciones legaloides para evadir su responsabilidad y mantener en la opacidad información sensible o datos que, de hacerse públicos, echarían por tierra su discurso de que ahora, en los tiempos de la 4T, las cosas son diferentes o de que no son iguales que los funcionarios del PRI y el PAN que los antecedieron.
Lo cierto es que la SEP sí cuenta y sí puede proporcionar buena parte de esa información, y que incluso la transparentó al responder solicitudes hechas en 2020, cuando su gestión como secretario de Educación apenas tenía un año, y nadie lo había candidateado como un posible sucesor de Luis Miguel Barbosa Huerta en la gubernatura de Puebla.
Hoy que Melitón Lozano tiene tres años como titular de la SEP estatal, y que en su gestión se han autorizado bases y contrataciones, incremento de horas, promociones y cambios de categoría, y que varios de sus funcionarios y colaboradores se han beneficiado con plazas docentes, las cosas son diferentes.
Ahora le molesta la transparencia y la rendición de cuentas, de ahí sus evasivas, sus mentiras y las interpretaciones legaloides de su Unidad de Transparencia para no responder las solicitudes que se le hacen, con pretextos y tecnicismos ridículos, la protección de datos personales y la supuesta incapacidad de su personal y equipo para proporcionar datos, fechas y montos concretos.
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