Una importante omisión en el Plan de Desarrollo Municipal que hace un par de días presentó el alcalde de Puebla, Eduardo Rivera Pérez, es que no se incluyó el proyecto de construir 10 mil viviendas en los próximos 3 años, pese a que es uno de los propósitos prioritarios del edil. Al parece esa exclusión se debe a las diferencias, a los roces, que han surgido entre los dos responsables de hacer realidad ese programa: Michel Chaín Carrillo y Felipe de Jesús Mojarro Arroyo.
Se sabe que ya se está elaborando el documento del convenio base que firmarán el edil y desarrolladores de vivienda de Puebla para emprender el plan de construir poco más de 3 mil casas por año. Dicho acuerdo se pretende suscribir a más tardar en el próximo mes de febrero.
Sin embargo, no se ha avanzado lo suficiente por la lucha de egos que ha surgido entre los responsables de materializar el proyecto.
Cuando el 30 de septiembre pasado el edil anunció el programa de vivienda en cuestión, que fue de los primeros proyectos que presentó luego de ganar los comicios del 6 de junio, designó a Felipe Mojarro –quien fue edil de Tehuacán entre 1999 y 2001, así como delegado del Infonavit por 7 años– como responsable de que se cumpla la meta de edificar el número de inmuebles prometidos.
Mojarro Arroyo durante el proceso de transición entre las gestiones de la morenista Claudia Rivera Vivanco y del panista Eduardo Rivera Pérez, fue diseñando el programa de acuerdo a su visión personal, sus intereses empresariales y bajo la óptica de que él decidiría todo, incluyendo seleccionar a los constructores de las casas, en donde aparecían los socios de la Cámara Nacional de la Industria de Desarrollo y Promoción de Vivienda (Canadevi) como los únicos invitados al proyecto.
Los problemas para el ex edil de Tehuacán iniciaron cuando arrancó el actual gobierno municipal y se designó al morenovallista Michel Chaín Carrillo como nuevo titular de la Secretaría de Desarrollo Urbano y Sustentabilidad, quien de manera obligatoria es quien debe autorizar y cuidar la ejecución de los propósitos en materia de vivienda.
Se dice que Chaín en cuanto conoció los planes del programa de vivienda, habría cuestionado que Mojarro únicamente tiene contemplado invitar a los socios de la Canadevi para construir las moradas.
Una cuestión que representa una exclusión de otros desarrolladores importantes de vivienda, lo que seguramente provocaría una importante molestia de grupos empresariales que han visto en el gobierno de Eduardo Rivera Pérez la oportunidad de hacer muchos negocios.
No se sabe si también habrá cuestionado que Mojarro está incurriendo en un fuerte conflicto de intereses.
Felipe Mojarro es constructor de viviendas, es socio de la Canadevi y quiere que solamente esta cámara se beneficie de la construcción de las 10 mil casas, lo que representa ser juez y parte. Una situación que está sancionada por las leyes que regulan el funcionamiento de la administración pública.
A primera vista, parece que a quien le asiste la razón es a Michel Chaín Carrillo, pues no puede haber un solo interesado en un asunto tan grande y de una inversión pública millonaria.
Quienes saben de los roces, de las diferencias, que han surgido entre ambos servidores públicos dicen que hay otro trasfondo que los ha conflictuado.
Es el tema de quién de los dos va a controlar los contratos con los desarrolladores inmobiliarios.
O visto de otra manera, quien va a decidir la forma en que se gasta el dinero que se utilice para el programa de viviendas.
Al parecer, Chaín quiere relegar a q Mojarro para que únicamente se haga cargo de la parte técnica.
Mientras que Mojarro se defiende bajo el argumento de que él es quien conoce a todo el sector de la vivienda y quien debe controlar todo el proceso de este asunto, para que se cumplan los objetivos.
Lo más grave, es que ambos personajes se sienten muy cercanos a Eduardo Rivera y defienden su derecho a no ser desplazados de este proyecto, que seguramente han de estar viendo como la oportunidad de hacer buenos negocios.
¿O no?