En los meses por venir, el país vivirá auténticamente momentos históricos y determinantes para la democracia.
No se trata de los procesos electorales a realizarse en 6 estados de nuestro país, tampoco del proceso para la revocación de mandato, el cual a nadie parece interesarle. Se trata de la posible aprobación de tres reformas fundamentales, para la mal llamada cuarta transformación y para el presidente López.
Se trata de la discusión y en su caso aprobación de la Reforma Eléctrica, la nueva Ley Electoral que pondrá sobre la mesa el régimen de la 4T y también del proceso para incorporar a la Guardia Nacional al Ejército mexicano.
Ninguna de estas tres grandes reformas tiene pierde, son fundamentales para entender si en México seguirá existiendo o no un régimen democrático.
La reforma eléctrica es clave por las implicaciones que tiene que ver con nuestro vecino del norte, los Estados Unidos, que ya han expresado su alarma, ante la iniciativa presentada por el presidente López, para limitar la inversión de empresas extranjeras para este sector.
El cabildeo para que se puedan llevar a cabo dichas reformas, lo lleva a cabo el secretario de Gobernación, Adán Augusto López, quien se ha convertido en el principal operador del presidente. También participa en este proceso, el coordinador de los diputados federales de Morena, el poblano, Ignacio Mier Velazco, quien se juega una buena parte de su futuro en que pueda sacar adelante esta iniciativa.
Dos aduanas tienen enfrente López y Mier, la primera no es tan difícil, alinear al resto de las bancadas, fundamentalmente a la priista, para poder sacar adelante la iniciativa del presidente, la cual, al tratarse de una reforma constitucional, necesita de las tres cuartas partes de los diputados federales presentes en la sesión.
La segunda aduana se ve más complicada e implica trabajo al más alto nivel, para convencer a nuestro vecino país del norte, de que sus inversiones en México no van a estar en riesgo, por lo cual, se estima que la iniciativa original enviada por el ejecutivo, pudiera sufrir algunas modificaciones en este proceso de negociación, que puedan convencer a algunos diputados priistas y también a los Estados Unidos.
La segunda reforma que es fundamental, casi tan importante como la primera, es la nueva ley electoral que pretende imponer el presidente López, en donde se busca sustituir al Instituto Nacional Electoral y crear una nueva figura, la cual se encargaría de realizar todos los procesos electorales en el país, desapareciendo la figura de los organismos electorales locales.
Esta es sin duda la iniciativa más peligrosa para la democracia mexicana, ya que se pretende que el estado regule los procesos electorales en nuestro país, lo que sería un retroceso de casi 25 años en el pasado, cuando desde gobernación, se organizaban las elecciones y las calificaba la cámara de diputados.
Por eso tanto golpeteo en contra del Instituto Nacional Electoral, el cual buscan hacer quedar mal a toda costa, con la dichosa revocación de mandato, lo que se quiere es exhibir como ineficientes a los actuales integrantes del órgano central para desaparecer esta figura y asumir el control de los procesos desde Palacio Nacional.
Finalmente, la tercera reforma, la cual busca que la Guardia Nacional pase a control del Ejército (Sedena), sería el punto culminante de la militarización del país, ya que México quedaría completamente en manos de los militares con todo y lo que eso representa para una democracia.
Si estas tres reformas pasan tal cual el presidente López quiere, entonces agárrense, porque México estará a un paso de convertirse otra vez en la dictadura perfecta.
No es momento para pelearse con Monreal. Mucho se especuló la semana pasada sobre el posible relevo de Ricardo Monreal, como coordinador de los senadores de Morena en la cámara alta.
Incluso, se llegaron a manejar nombre para sustituir al zacatecano, quien ciertamente ya cayó de la gracia del olimpo, lopezobradorista, en donde se perdona que seas corrupto o negligente, más no desleal.
Lo cierto, es que este no es un buen momento para pelearse con Monreal y mucho menos para destituirlo. Me explico.
Como lo señalé unas líneas arriba, el presidente López quiere imponer sus reformas, las cuales son claves para la supervivencia de la mal llamada cuarta transformación y necesita de Monreal, quien tiene ascendencia sobre al menos 9 integrantes de la bancada de Morena, pero sobre con muchos de la oposición.
Va a ser muy interesante ver que es lo que ocurre con Monreal en estos días, ya que una ruptura con el zacatecano, podría descarrilar la aprobación de las grandes reformas del presidente López. Como diría el clásico, veremos y diremos.
[email protected]
Twitter: @riva_leo