Como suele ocurrir cada seis años, una nueva clase política ha surgido en Puebla y es la misma que, como ayer lo consigne, se reunió en torno a la mesa del gobernador Barbosa, en la región de Tehuacán.
Los Cabalán Macari, los Jorge Aguilar, los Diódoro Carrasco, los Luis Maldonado (qepd), los Jorge Cruz, las Paty Leal, han sido sustituidos por otros personajes, como suele ocurrir en la historia de Puebla.
Ahora son los Eduardo Rivera, los Héctor Sánchez, los Sergio Salomón Céspedes Peregrina, las Lilia Cedillo, las Mónica Silva, las Nora Merino, las Olivia Salomón, los que ocupan las posiciones de los hoy ausentes, dentro de los ciclos políticos de la entidad.
La clase gobernante se rodea de los suyos, crea su propia corte y expulsa del paraíso a los anteriores, quienes deben de ceder su lugar, algunas veces solo de manera momentánea, a los nuevos protagonistas dentro del escenario local.
Eso quedó de manifiesto desde el pasado 15 de septiembre y se ratificó el miércoles en Tehuacán, hay nuevos personajes, ha surgido una nueva clase política en Puebla, estos personajes, impulsados en su mayoría por el gobernador Barbosa, han venido a sustituir a quienes en el pasado ostentaron esas posiciones y sobre todo ese poder.
Por eso sin duda, personajes de todos los tiempos como el ex gobernador Melquiades Morales y el también ex gobernador, Guillermo Pacheco Pulido, merecen una mención aparte dentro de la historia política de Puebla, porque lograron sobrevivir y trascender a varias generaciones, lo que no es fácil en la política mexicana. Lo difícil no es llegar, sino mantenerse, reza el viejo y conocido refrán.
La historia misma de Puebla así lo consigna, al menos desde que comencé hacer periodismo hace 30 años.
He visto pasar a múltiples personajes, como José Luis Flores Hernández, brillante economista y hasta aspirante del PRI a candidato a la gubernatura, favorito en su momento de Manuel Bartlett Díaz, el cual hoy está prácticamente en el olvido, solo por poner un ejemplo.
Cada nueva administración busca poner se sello y el mejor ejemplo es la creación de su propia clase política. Miguel Barbosa ya lo hizo y esos son sus hombres y mujeres, así es como se deben de leer y sobre todo de entender este tipo de reuniones como la cena del 15 de septiembre y la comida del pasado miércoles en Tehuacán, la cual tuvo ese mensaje. La propia nueva rectora de la Universidad Autónoma de Puebla, Lilia Cedillo, ya forma parte de la nueva clase política poblana y su asistencia a esa comida, fue por así decirlo, su presentación ante la sociedad.
El gran reto para muchos de los aquí mencionados será el lograr trascender y no solo quedarse como parte de la clase política sexenal.
Dentro de la nueva clase barbosista ya hay dos personajes que lograron trascender de un sexenio a otro, algo que no es nada fácil, se trata del presidente del Tribunal Superior de Justicia, Héctor Sánchez Sánchez y del líder del Congreso local, Sergio Salomón Céspedes Peregrina, quienes formaron parte en su momento del morenovallismo.
Así pues, esta es la nueva clase política poblana, la cual se complementa con otros personajes, como el mismo Ignacio Mier, del cual ayer dimos cuenta, sus hijos, Nachito y Daniela, el diputado federal panista, Mario Riestra Piña, el diputado local del PRI, Jorge Estefan, la diputada federal también del tricolor Blanca Alcalá, el ex alcalde de Puebla, Enrique Doger Guerrero, más algún cuadro que por ahí pueda formar y apuntalar al actual edil capitalino, Eduardo Rivera Pérez.
Unas preguntas incómodas. Hoy que los morenovallistas buscan lucrar políticamente hablando con la imagen de la ex gobernadora de Puebla, Martha Erika Alonso, en la lucha que mantienen en torno a la dirigencia estatal de este partido, me vienen a la mente algunas preguntas incómodas.
¿En dónde estaban la mayoría de ellos, el 25 de diciembre de 2018, un día después de la caída del helicóptero en donde viajaban Martha Erika Alonso y Rafael Moreno Valle?
¿Por qué permitieron que lo que Martha Erika había ganado en las urnas, les fuera despojado meses más tarde, con un interinato encabezado por el priista, Guillermo Pacheco Pulido?
¿Por qué no le reclamaron a su dirigente nacional, Marko Cortés, el hecho de que los haya abandonado en Puebla y que hubiera antepuestos sus intereses nacionales entregando la plaza que meses antes Martha y Rafael habían ganado?
¿Por qué se aliaron con el entonces secretario general de Gobierno, Fernando Manzanilla, el hombre que más detestaba a Martha Erika Alonso, después de la muerte de la gobernadora?
¿Qué papel jugó la dirigencia estatal de Acción Nacional en la campaña del 2019, cuando dejaron solo a Enrique Cárdenas para que fuera derrotado por Miguel Barbosa?
¿Por qué permitieron que fuera Enrique Cárdenas un hombre sin afiliación panista el candidato, en vez del entonces alcalde de Atlixco, el hoy genovevista, Guillermo Velázquez?
La próxima semana yo le daré las respuestas a cada una de estas preguntas.
Twitter: @riva_leo