El pasado proceso electoral del 6 de junio nos dejó varias enseñanzas rumbo al 2021.
Una de ellas, la de mayor importancia, tiene que ver con las coaliciones, las alianzas que deben de establecer las diferentes fuerzas políticas en el país y por supuesto en nuestro estado.
Es un hecho que este modelo llegó para quedarse y no es para menos, porque PAN y PRI saben que solo yendo juntos pueden más o menos equilibrar las cosas con respecto a Morena, a quien, a su vez, ya le quedó claro que, solo realizando alianzas con sus dos satélites, el PT y PVEM, puede alcanzar la mayoría que tanto busca y puede despegarse del PRIAN.
Queda claro, pues, que quien pueda sostener sus alianzas será quien tenga las mayores posibilidades de triunfo rumbo al 2024, en donde Morena ya comienza, en muy poco tiempo, a resentir el desgaste de ser gobierno, pero lo más importante, se empieza a debilitar, producto de sus luchas internas las cuales nadie va a poder evitar.
Morena, por si sola, logró el 37 por ciento del total de la votación para la integración de la nueva cámara de diputados, número muy importante, pero que hubiera resultado insuficiente ante el PRI, el PAN y el PRD que juntos sumaron el 40 por ciento de la votación y es ahí en donde cobra importancia el tema de las alianzas, ya que, gracias al PT y el Verde, obtuvo la superioridad que tanto necesitaba el presidente López.
Pero hay algo más, el papel que jugaron las fuerzas de nueva creación, Partido Encuentro Solidario (PES), Fuerza por México y Redes Sociales Progresistas, fue fundamental para evitar que PRI, PAN y PRD le robara la mayoría en la Cámara de Diputados.
La ecuación no le pudo salir mejor al presidente, creó estas tres fuerzas políticas, mismas que no alcanzaron ninguna el 3 por ciento de la votación para mantener el registro, pero si lograron quitarle entre estas tres fuerzas, casi 7 puntos a la oposición, vitales para que Morena y sus aliados pudieran mantener la mayoría absoluta en la Cámara Baja. Sin duda, una jugada maestra.
No obstante, esto mismos es una muestra más de que va a ganar en el 2024, quien logre tejer las mejores alianzas, esto va a ser una auténtica prueba de fuego para la coalición “Va por México”, integrada por el PRI, Acción Nacional y el PRD, para ver si logran mantenerse unidos, tanto en la cámara de diputados, como en las elecciones dentro de tres años.
En Puebla la situación es prácticamente la misma, va a ganar, quien teja las mejores alianzas y en este sentido Morena parece llevar mano, al menos por el momento.
Morena tiene al momento dos cartas fuertes rumbo al 2024, el senador Alejandro Armenta Mier, y su primo el diputado federal, Ignacio Mier Velasco, ambos los favoritos para hacerse de la candidatura y suceder a Miguel Barbosa en Casa Aguayo.
Ninguno de ellos es el candidato del gobernador, cuya ficha natural, Gabriel Biestro Medinilla, se quedó en el camino, merced a que no pudo obtener la candidatura de Morena a la alcaldía de Puebla, la cual era parte de la ruta para más tarde suceder a Barbosa.
Dependerá de cualquiera de los dos, de Armenta y de Mier, lograr convertirse en la ficha del gobernador y llegar con todo el respaldo de la federación cuando sea el momento.
De ahí también deberán de tejer, reitero, una serie de alianzas con otras fuerzas políticas nacionales y locales, que les permitan fortalecerse ante un panismo, que se encuentra fragmentado y confrontado entre morenovallistas (las viudas de Rafael, Martha y Tony) y los “lalistas”, los seguidores de quien será el próximo alcalde de Puebla, Eduardo Rivera Pérez.
Para Eduardo el camino rumbo a la gubernatura es cuesta arriba. Lalo deberá de valorar en primer lugar, quien se queda con la dirigencia estatal de su partido. En segundo lugar, si puede mantener la serie de alianzas establecidas durante la elección y que lo llevaron a ganar la presidencia municipal y tercero, crear una real estructura estatal, que pueda competir con la de Morena, que ya demostró que, si bien no puede ganar en los centros urbanos, al interior del estado, no hay quien le pueda competir. Así está el panorama rumbo al 2024.
Puebla entrará en dos años de paz, en cuanto a que no habrá elecciones, pero políticamente hablando, los aspirantes a suceder a Miguel Barbosa comenzarán a mover sus fichas a tratar de acomodar su juego.
Twitter: @riva_leo