Incapaz, pero sobre todo inexperto, el dirigente estatal del PRI, Néstor Camarillo, terminó por hundir a este instituto político, el cual, ya solo tiene como opción, el convertirse en el partido bisagra para la próxima contienda electoral.
Pero más allá de su incapacidad y de su incompetencia, sobre Camarillo pesa la sospecha de que vendió la elección, como siempre se dijo a cambio de su diputación local, pero, sobre todo, de limpiar sus cuentas públicas manchadas por la estela de la corrupción durante su paso al frente de la presidencia municipal de Quecholac.
Y es que Camarillo cargaba con el tema de sus cuentas públicas y siempre se señaló que, por este hecho, era un personaje, susceptible a ser “convencido”, debido a este tema.
Para Néstor, la dirigencia estatal del tricolor resultó un lucrativo negocio, ya que no solo logró colarse a la próxima legislatura local, sino que además le permitió vender una buena parte de las candidaturas a las presidencias municipales, incumpliendo con su promesa de que los candidatos surgirían de las encuestas.
El tema es muy claro, el PRI es una auténtica caricatura de lo que alguna vez fue en Puebla. Si en el 2018 su actuación había sido de pena ajena, ahora es ridícula, principalmente en el plano federal, lo cual insisto, provoca graves sospechas.
No ganaron ninguno de los ocho distritos en donde postularon candidatos a diputados federales dentro de la coalición “Va por México”, lo cual habla de que a “Amlito” Moreno le dio frío, pero también a Camarillo, quien prefirió vender la plaza y quedar bien con el presidente López.
El caso más patético y que evidencia los acuerdos establecidos por Camarillo para vender la elección, es el caso de Puebla capital, en donde Acción Nacional gana con sus candidatos tres de las cuatro diputaciones federales que estaban en juego y el PRI pierde el seis con Xitlalic Ceja.
Lo mismo ocurrió en los tres distritos locales de la capital en donde el tricolor siglo candidatos, Jesús Zaldívar, Mely Macoto y Soraya Córdoba, los tres también perdieron, lo que deja en claro el juego electoral de Néstor y su gente.
Bajo el liderazgo de Néstor Camarillo, quien llegó a la dirigencia del PRI estatal a sugerencia del oaxaqueño, Javier Casique, el tricolor perdió 25 por ciento de su votación con respecto al 2018, año que había sido también de pena ajena.
La votación del tricolor pasó de 490 mil 687 votos en el 2018 a tan solo 363 mil 195 sufragios, la peor votación en la historia de este partido en Puebla, el cual se pude convertir ya, en solo una fuerza regional.
Lo que salvo a la pésima gestión de Camarillo, quien cínicamente se irá al Congreso local, es el hecho de que fueron en alianza con el PRD y el albiazul y juntas estas tres fuerzas políticas, lograron ocultar sus miserias.
Cabe resaltar que, en la Sierra Norte de Puebla, el PRI debido a las malas decisiones de Camarillo y a la venta de las candidaturas, el tricolor perdió las principales plazas de esta región y solo se salvó, Zacatlán, merced a la actuación de José Luis Márquez Martínez.
Néstor Camarillo, al igual que Genoveva Huerta, jugaron el mismo juego, el de ganar perdiendo. Ellos ya son diputados y provocaron sendas crisis al interior de sus respectivos partidos políticos.
No en balde, Camarillo fue a postrarse ayer ante el gobernador Barbosa, sabedor de que cumplió los acuerdos, desarticulo al PRI, partido el cual será la bisagra electoral en el 2024, pero solo eso.
Camarillo filtró que el próximo fin de semana estará en Puebla, Alejandro “Amlito” Moreno, para ratificarlo en la dirigencia del tricolor poblano, misma táctica de su homóloga panista, Huerta.
El problema para Camarillo y su “camarilla”, es que “Amlito” ya se va, Enrique de la Madrid se perfila para ser el nuevo dirigente nacional del PRI; Rubén Moreira será el coordinador de los diputados federales y en Puebla habrá cambio de dirigencia en unos meses.
Vende la OEM la 1280. La Organización Editorial Mexicana, dueña del periódico “El Sol de Puebla” y de la estación de Amplitud Modulada la 1280 decidió vender precisamente este último activo.
La 1280 fue adquirida, según trascendió, por un grupo de empresarios tabasqueños, quienes en un plazo de entre 4 y 5 meses, tomarán ya el control de la estación y la sacarán de las instalaciones de la Casa que Mato al Animal.
Al parecer para la gente que manejaba la estación en Puebla y para el grupo de la OEM ya no era rentable el mantener la estación en sus manos. Hasta aquí mi reporte.
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