El Partido Movimiento Ciudadano (PMC) le apuesta en la actual contienda a llegar a ser la tercera fuerza política en el estado y para ello, buscará impulsar a personajes que se salgan del perfil tradicional de candidatos. Por esa razón para la capital del estado su abanderado podría ser el abogado y empresario Edgar Yamil Yitani Ortega, quien es parte de la comunidad libanesa de Puebla.
Una segunda opción, es la titular de la Notaría Pública 4 de la ciudad de Puebla, Norma Romero Cortés, quien tiene el mérito que ha buscado competir como candidata independiente y logró recabar poco más de 30 mil firmas de respaldo.
Más allá del ruido mediático que causó la irrupción de dos aspirantes a candidatos, en Puebla y San Martín Texmelucan, con supuestos antecedentes de abuso, el PMC es una fuerza que está registrando un crecimiento peculiar en importantes regiones del estado, pues se está convirtiendo en la alternativa de cuadros del PAN, el PRI y hasta de Morena que han sido desplazados de las candidaturas a presidentes municipales, pese a tener un buen posicionamiento y estructuras electorales.
Como muestra de ese desarrolló, es que en la última contienda electoral el PMC registró candidatos en 100 municipios y al final, ganó 30 alcaldías, que es un número relevante para una fuerza política emergente. Ahora, está a punto de conseguir postular aspirantes en los 217 municipios de la entidad, o por lo menos rebasar las 200 plazas con planillas registradas.
Y de acuerdos a sus proyecciones, Movimiento Ciudadano cree poder ganar en la mayoría de los ayuntamientos que gobierna y crecer su presencia frente al proceso electoral de 2018.
Si alcanza los 200 candidatos a alcaldes, que según sus dirigentes ya casi es un hecho, estaría rebasando al PRI y al PRD, que han perdido la capacidad de permear en todo el estado y le están apostando al impulso del PAN para poder sobrevivir políticamente hablando.
En caso de alcanzar ese resultado superior al que el PMC tuvo en 2018, podría alcanzar entre 3 y 4 diputados locales, lo que le daría la oportunidad de tener por primera vez un grupo parlamentario local.
¿Son creíbles esas proyecciones? Hay razones para si dar crédito a esos cálculos, como es el hecho de que el PRI entre 2010 y 2019 prácticamente ha perdido dos terceras partes de su votación, sin contra que están desarticuladas sus organizaciones claves como la CNC y la CNOP.
Mientras que el PAN y el PRD, enfrentan su primera elección sin dos factores claves: ya no cuentan ni con el financiamiento, ni las estructuras y las estrategias electorales que se construían desde el morenovallismo. Además, no han surgido liderazgos renovados que les permitan generar nuevas expectativas frente al electorado.