La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, rechazó que el coche bomba en Coahuayana, Michoacán, registrado el pasado sábado, sea un ataque directo contra su administración o una respuesta del crimen organizado al llamado Plan Michoacán. Durante su conferencia matutina, la mandataria respondió a cuestionamientos sobre si el estallido, ocurrido mientras se celebraba un evento de Morena en el Zócalo por los siete años de la Cuarta Transformación, buscaba enviar un mensaje político.
Sheinbaum afirmó que el hecho “no tiene nada que ver” con su gobierno y enfatizó que se trata de “la situación de los grupos delictivos que hay ahí”, descartando por completo que el artefacto explosivo sea una afrenta a la Federación. Señaló que en Michoacán operan diversas organizaciones criminales y que este tipo de actos responden a conflictos locales.
A petición de la presidenta, el secretario de Seguridad y Protección Ciudadana, Omar García Harfuch, amplió la información, indicando que el coche bomba forma parte de una pugna entre grupos delictivos, particularmente entre un grupo afín al Cártel Jalisco y otro identificado como Cárteles Unidos. Detalló que no es el primer evento en el que se utilizan explosivos en esa región durante el año.
García Harfuch subrayó que el ataque no fue dirigido contra la policía comunitaria ni contra elementos de seguridad. “Es una disputa entre dos líderes criminales que operan en esa zona”, explicó. Además, aclaró que la investigación está centrada en delitos relacionados con delincuencia organizada, y no por terrorismo, como inicialmente mencionó la fiscal Ernestina Godoy.
Tanto Sheinbaum como García Harfuch reiteraron que el hecho se enmarca en la confrontación entre grupos criminales en Michoacán, y no representa un ataque directo al Gobierno federal ni un intento por obstaculizar el Plan Michoacán.




