La inflación anual en México escaló a 3.80% en noviembre, superando las proyecciones de analistas y marcando una aceleración de 23 puntos base respecto al 3.57% registrado en octubre, según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).
Esta subida, la más pronunciada en tres meses, reaviva temores de un recalentamiento económico impulsado por el consumo estacional y presiones en servicios esenciales, justo cuando el Banco de México (Banxico) se prepara para su última decisión de política monetaria del 2025.
El repunte fue más agudo de lo anticipado: los expertos consultados por Trading Economics habían estimado un avance moderado al 3.56%, pero la realidad golpeó con fuerza. La inflación subyacente, ese núcleo excluye los vaivenes volátiles de alimentos y energéticos, y es el termómetro clave para Banxico, trepó a 4.43%, desde el 4.28% del mes previo, señalando presiones persistentes en bienes y servicios cotidianos como salud, educación y vivienda. Por su parte, la inflación no subyacente, que incluye tarifas reguladas y productos agropecuarios, se disparó a 1.73%, arrastrada por alzas en energéticos (1.94%) y alimentos frescos (1.55%).
¿Qué impulsó este salto?
El Inegi apunta a varios culpables. El fin del subsidio a las tarifas eléctricas de verano en 11 ciudades del país encareció la luz en hasta 17%, mientras que el transporte público en regiones como la Zona Metropolitana del Valle de México vio incrementos del 5% en boletos y camiones. No menos preocupante, los precios de servicios como restaurantes y hoteles subieron 7.48%, y la vivienda acumuló un 3.68% anual, avivados por mayores costos energéticos. En el rubro agropecuario, productos como el chile serrano escalaron un 17.6% mensual, aunque contrarrestados por caídas en huevo (-2.3%) y aguacate (-11.3%).
Gabriela Siller, directora de análisis económico de Banco BASE, no escatima en alertas: “Ante este repunte y los riesgos de que siga subiendo, Banxico no debería recortar la tasa de interés en diciembre, independientemente de lo que haga la Fed”. Su voz resuena en un contexto donde el consumo masivo de fin de año –impulsado por remesas récord y el “Buen Fin”– amenaza con recalentar la economía, según un informe reciente de Capital.com.
Este advierte que las compras impulsivas podrían retrasar la baja de tasas y poner a prueba la estabilidad macroeconómica, con un PIB proyectado en apenas 0.3% para 2025 por el propio Banxico.
En redes sociales, el pulso es inmediato. Usuarios como @EspecialesEE de El Economista destacaron el riesgo de “recalentamiento” por el boom de compras, con publicaciones que acumulan cientos de vistas y debates sobre cómo el gasto festivo podría inflar aún más los precios.
“El informe ‘Compras Masivas, Inflación y Perspectivas para México’ advierte que el consumo interno acelera los precios”, tuiteó la cuenta, adjuntando gráficos que ilustran el dilema.
Banxico en la encrucijada: ¿Recorte o pausa?
El banco central, que ha recortado 275 puntos base en 2025 para estimular una economía estancada, enfrenta un dilema. Se espera un corte de 25 puntos el 18 de diciembre, llevando la tasa de referencia al 7.0%, pero la inflación por encima del objetivo (3% ±1%) genera dudas. En su encuesta de noviembre, Banxico ajustó sus pronósticos: la inflación general para fin de año se ubica en 3.77%, con la subyacente en 4.36%, y un rebote a 3.91% en 2026. Analistas de Monex y BBVA coinciden en que el componente de servicios, con una inflación anual de 0.39% mensual, será clave para una convergencia al objetivo, pero retos estructurales como sequías y choques geopolíticos en energéticos complican el panorama.
A nivel regional, la disparidad es notoria: estados como San Luis Potosí (4.5%) y Oaxaca (4.4%) sufren las alzas más duras, mientras Tlaxcala (1.8%) y Baja California Sur (2.3%) resisten mejor. Esto erosiona el poder adquisitivo de las familias de ingresos medios y bajos, donde el impacto en la canasta básica, pan, tortillas y gas, se siente con crudeza.
Hacia 2026: Pronósticos mixtos y lecciones pendientes
Expertos como los de INVEX prevén un cierre de 2025 en 3.9% general y 4.1% subyacente, con un repunte a 4.0% en 2026 por posibles aranceles comerciales y alzas fiscales en la Ley de Ingresos. Sin embargo, hay optimismo en la moderación de agropecuarios (entre 3.5% y 6.0%, según Monex), si las lluvias cooperan y la cadena de suministro se estabiliza.
Para los mexicanos, el mensaje es claro: ante esta aceleración, ahorrar en lo esencial y monitorear el INPC quincenal será vital. Banxico, por su parte, deberá equilibrar el freno inflacionario con el crecimiento raquítico.




