A los pobladores de Calpan, una de las comunidades más cercanas al Popocatépetl, parece que no les preocupa la intensa actividad volcánica ni que el semáforo esté en Amarillo Fase 3, pues muchos de ellos dijeron que les preocupa más que les roben a que el coloso haga una erupción y tengan que ser evacuados.
San Andrés de Calpan se encuentra a unos 32 kilómetros del volcán, la visibilidad del Popocatépetl en esta localidad es muy mala, pues la lluvia de ceniza que arroja impide tener una vista clara del coloso; además, las calles de la población están grises; sin embargo, las actividades cotidianas no han parado.
Lo que podría ser una sorpresa para muchos, sobre todo para algunos poblanos que están algo angustiados por la alerta volcánica, para los habitantes de Calpan es una situación bastante normal, pues están acostumbrados a la constante actividad de su vecino.
Un habitante señaló que desde siempre se han escuchado y sentido los crujidos y los movimientos del coloso, por lo que para la mayoría de la población es algo bastante habitual y cotidiano; además, muchos habitantes de Calpan señalan que el volcán está mucho más tranquilo hoy en comparación con los días pasados.
Incluso, algunos de los habitantes creen que la actividad volcánica se debe a que no ha llovido en la zona, pues consideran que las precipitaciones enfrían la tierra; sin embargo, muchos creen que, si hace erupción, “nos va a cargar a todos”.
Otros vecinos también coincidieron, pues dicen que la actividad volcánica es lago de todos los días, pero reconocieron que en las últimas semanas Don Goyo ha estado más despierto que en otras ocasiones, pero este no es motivo para suspender sus actividades.
Algunos dijeron que las explosiones y la caída de ceniza era algo que sucedía cada seis meses, pero que ahora se da cada tres días; mientras que, otros aseguraron que el volcán cruje en las madrugadas.
Sin embargo, como la mayoría está acostumbrada, muchas personas aseguran que no quieren evacuar en caso de una erupción como han informado las autoridades, pues temen que su patrimonio sea robado cuando sean desalojados.
Muchos habitantes señalan que esta es una opinión muy común entre las personas de la tercera edad, quienes, además de no querer abandonar su patrimonio, no dejarán solos a sus animales, pues consideran que no tienen a donde ir y menos cuando regresen de la evacuación y vean que no les queda nada.
Además, muchos consideran que los 205 albergues que implementó el Gobierno de Puebla no darán abasto a toda la población que tendría que ser evacuada, lo mismo con las carreteras de salida, pues consideran que estas se saturarán, pues la mayoría son de un solo carril y no están bien señalizadas, a esto se agrega que no están en la mejor de las condiciones.