México perdió este lunes a Juan Pedro Franco, originario de Aguascalientes y conocido mundialmente por haber sido reconocido en 2017 como el hombre más obeso del mundo. Tenía 41 años y falleció a consecuencia de una infección renal que se complicó mientras permanecía hospitalizado, informó el médico a cargo de su tratamiento, el especialista en cirugía bariátrica José Antonio Castañeda.
Juan Pedro alcanzó notoriedad internacional cuando el Récord Guinness lo acreditó como el ser humano con mayor peso del mundo, tras registrar cerca de 595 kilogramos. Su condición lo mantuvo postrado en cama durante más de ocho años y lo colocó en alto riesgo de desarrollar enfermedades graves, como diabetes, hipertensión, linfedema y enfermedad pulmonar obstructiva crónica.
Aquel mismo año comenzó un proceso médico integral que significó un punto de inflexión en su vida. Bajo supervisión especializada, inició una dieta mediterránea con énfasis en verduras y frutas y posteriormente fue sometido a dos cirugías bariátricas: primero una manga gástrica y después un bypass gástrico. Estas intervenciones, acompañadas de cambios radicales en su estilo de vida, le permitieron reducir aproximadamente 49% de su peso inicial, mejorar su movilidad y recuperar de manera gradual su calidad de vida.
Su historia también estuvo marcada por episodios que demostraron su resiliencia. En 2020 superó un contagio de COVID-19, considerado por especialistas como un logro médico relevante dada su condición previa y las comorbilidades asociadas.
El doctor Castañeda recordó que el caso de Juan Pedro representó un desafío clínico que contribuyó a visibilizar la obesidad como una enfermedad que requiere empatía, ciencia y trabajo coordinado, más allá del estigma social que aún la rodea. En su mensaje público, expresó sus condolencias a la familia y reconoció la huella que dejó el paciente a través de su historia de “perseverancia, resiliencia y honestidad para compartir su vida”.
Su trayectoria no solo acaparó titulares en México y el extranjero, sino que también abrió conversaciones necesarias sobre la importancia del acompañamiento médico, el acceso a tratamientos bariátricos y la comprensión de la obesidad extrema desde una perspectiva humana.
Hasta el cierre de esta publicación, el fallecimiento de Juan Pedro no había sido informado en sus redes sociales personales ni en los espacios oficiales de difusión médica vinculados a su tratamiento. No obstante, autoridades y especialistas han lamentado la noticia y destacan que su vida permitió visibilizar los retos físicos, emocionales y sociales que enfrentan miles de personas con obesidad severa en el país y en el mundo.
Con su partida, Juan Pedro Franco deja una historia que trasciende cifras y récords: una historia que habló de lucha, de esperanza y de la necesidad de un trato digno para quienes viven con esta enfermedad.

