Joaquín Guzmán López, uno de los hijos del narcotraficante mexicano Joaquín “El Chapo” Guzmán, se declaró culpable este lunes 1 de diciembre, de dos cargos graves de narcotráfico y crimen organizado en una corte federal del norte de Illinois.
En un giro dramático, el heredero del Cártel de Sinaloa admitió por primera vez haber orquestado el secuestro de su exsocio, Ismael “El Mayo” Zambada, el legendario líder del cártel que evadió la captura durante décadas, para entregarlo a las autoridades estadounidenses a cambio de clemencia.
Guzmán López, de 39 años y conocido como uno de los “Chapitos”, los hijos de El Chapo que asumieron el control de una facción del cártel, cambió su declaración inicial de no culpable por culpable ante la magistrada federal, detallando su rol en la supervisión de la producción y el contrabando de miles de kilos de cocaína, heroína, metanfetaminas, marihuana y fentanilo hacia Estados Unidos, principalmente a través de túneles subterráneos. El cargo de “empresa criminal continua” conlleva una sentencia obligatoria de cadena perpetua, pero el acuerdo de culpabilidad podría reducirla significativamente, según expertos legales.
El momento más impactante de la audiencia ocurrió cuando Guzmán López relató los pormenores del secuestro de Zambada, ocurrido el 25 de julio de 2024 en las afueras de Culiacán, Sinaloa. Según el testimonio, presentado por un fiscal federal, el hijo de “El Chapo” convenció al capo de 77 años de acompañarlo a una reunión.
Una vez en una habitación cerrada, hombres armados, bajo las órdenes de Guzmán López, irrumpieron por una ventana de piso a techo que había sido removida en secreto, ataron a Zambada, le colocaron una bolsa en la cabeza y lo subieron a una avioneta privada.
Durante el vuelo hacia El Paso, Texas, Guzmán López admitió haberle dado a Zambada una bebida sedante, de la que también ingirió una dosis para simular cooperación voluntaria. Ambos fueron arrestados al aterrizar en Nuevo México por agentes del FBI, la DEA y el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE).
“El secuestro fue orquestado con la esperanza de obtener lenidad de las autoridades estadounidenses”, leyó el fiscal en la corte, subrayando que esta acción no fue autorizada previamente por Washington y, por ende, no otorga crédito adicional por cooperación.
La confesión corrobora una carta firmada por Zambada, difundida por su abogado poco después de la detención, en la que el veterano narcotraficante negaba cualquier entrega voluntaria.
“La idea de que cooperé es completamente falsa; fui secuestrado a la fuerza”, escribió Zambada, quien ya se había declarado culpable en agosto de 2025 en una corte de Brooklyn por cargos similares de empresa criminal continua y conspiración de extorsión, enfrentando ahora una posible sentencia de por vida.
La traición de Guzmán López desató una guerra interna inmediata entre las facciones de los “Chapitos” y los leales a Zambada, conocida como “Los Mayos”, que dejó un rastro de violencia en Culiacán y otras regiones de Sinaloa. En julio de 2025, otro hermano de Guzmán López, Ovidio Guzmán, se convirtió en el primer “Chapito” en aceptar un acuerdo de culpabilidad en Chicago por cargos análogos, admitiendo su rol en la “Batalla de Culiacán” de 2019 y otros actos de tráfico.
El Departamento de Justicia de EE.UU. celebró la declaración como un “avance significativo” en la lucha contra el narcotráfico, que ha alimentado la crisis de opioides en el país.
“Guzmán López no solo admitió su imperio de drogas, sino que reveló la fragilidad de las alianzas criminales”, declaró un portavoz de la DEA.
La sentencia de Guzmán López está programada para el próximo año, mientras el juicio contra el cártel continúa desmantelando una red que ha costado miles de vidas en ambos lados de la frontera.



