Es en su lengua madre, el inglés, que León XIV lanza al final de la oración mariana un fuerte llamamiento para detener una plaga creciente como es el uso indiscriminado de las armas.
El motivo lo proporciona la tragedia ocurrida en el país de origen del Pontífice cuando, el 27 de agosto, en en la Annunciaton Catholic School, en estado estadounidense de Minnesota, un joven abrió fuego durante la misa, antes del comienzo de las clases, matando a dos niños de ocho y 10 años e hiriendo a otras 15 personas, para luego quitarse la vida.
El Papa invitó a rezar por estas jóvenes víctimas y por todos los niños inocentes que mueren cada día.
“Nuestras oraciones por las víctimas del trágico tiroteo durante una misa escolar en el estado estadounidense de Minnesota incluyen a los innumerables niños asesinados y heridos cada día en todo el mundo”, señaló.
El Papa León evocó la pandemia con su carga de preocupación, ansiedad y contagio cuando invoca a Dios para que ponga fin a la difusión de las armas en el mundo.
“Suplicamos a Dios que detenga la pandemia de armas, grandes y pequeñas, que infecta nuestro mundo. Que nuestra Madre María, Reina de la Paz, nos ayude a cumplir la profecía de Isaías: Romperán sus espadas y las convertirán en arados, y sus lanzas en hoces”, externó.
El mismo día del suceso, el Pontífice envió al arzobispo de Saint Paul y Minneapolis, Bernard Hebda, un telegrama firmado por el cardenal secretario de Estado del Vaticano, Pietro Parolin, en el que expresaba su profunda tristeza.
A continuación, enviaba “sus más sinceras condolencias junto con la seguridad de su cercanía espiritual”, en particular a las familias que lloraban la pérdida de un hijo. El Papa confiaba “las almas de los niños fallecidos al amor de Dios todopoderoso”.