Un nuevo ataque ruso con misiles y drones en Kiev dejó al menos 18 muertos, incluidos tres menores de edad, y más de 50 heridos, según informaron autoridades locales. El ataque, uno de los más violentos en las últimas semanas contra la capital de Ucrania, ocurrió durante la madrugada del 28 de agosto y generó graves daños en edificios residenciales, un centro comercial y la delegación de la Unión Europea en Ucrania.
Timur Tkachenko, jefe de la administración militar de Kiev, detalló que entre las víctimas se encuentran niños de 2, 14 y 17 años. El alcalde Vitali Klitschkó confirmó que 40 heridos fueron hospitalizados y advirtió que el número de víctimas podría aumentar, ya que equipos de rescate continúan buscando personas atrapadas bajo los escombros.
La Fuerza Aérea de Ucrania reportó que Rusia lanzó 598 drones y 31 misiles, entre ellos misiles Iskander-M y Kinzhal, además de misiles de crucero Kh-101. Aunque las defensas ucranianas interceptaron la mayoría, varios proyectiles impactaron directamente en zonas civiles.
Condena internacional y respuesta europea
El ataque también alcanzó las oficinas de la delegación de la UE en Kiev. El presidente del Consejo Europeo, António Costa, calificó el hecho como un ataque “deliberado” contra instituciones internacionales. La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, aseguró que el personal de la delegación está a salvo, pero condenó la agresión y pidió a Moscú detener sus bombardeos indiscriminados.
Zelenski exige sanciones más duras contra Rusia
El presidente Volodímir Zelenski declaró que “Rusia elige la balística en lugar de la mesa de negociaciones” y exigió a la comunidad internacional aplicar nuevas sanciones severas contra el Kremlin. Aseguró que Moscú ha incumplido todos los intentos diplomáticos de alto el fuego y debe rendir cuentas por cada ataque.
Los bombardeos ocurren mientras Ucrania conmemora su Día de la Independencia y en medio de los intentos de líderes internacionales, incluido Donald Trump, por retomar un proceso de paz.