La ciudad de Minneapolis vivió una tragedia la mañana de este miércoles cuando un tiroteo en la escuela católica Annunciation Catholic School dejó tres personas muertas: dos niños y el agresor, y al menos 17 heridos, entre ellos varios niños en condición crítica.
De acuerdo con el jefe de la policía local, Brian O’Hara, el atacante disparó con un rifle a través de las ventanas de la iglesia, donde se celebraba una misa de inicio de curso. Los disparos alcanzaron directamente a los menores y feligreses presentes. Entre las víctimas mortales se encuentran dos niños de 8 y 10 años, cuyos cuerpos fueron encontrados en los pupitres donde estaban sentados.
El agresor, armado con un rifle, una escopeta y una pistola, fue contenido por las autoridades poco después del ataque. Según reportes preliminares, se investiga la motivación del tirador, que murió en el lugar. El suceso ocurrió a las 8:30 de la mañana, apenas dos días después del inicio del ciclo escolar.
Reacciones oficiales y atención a víctimas
El gobernador de Minnesota, Tim Walz, calificó el acto como “horrible” y pidió oraciones por los estudiantes y maestros afectados. El hospital Children’s Minnesota confirmó que recibió a cinco niños heridos, mientras que Hennepin Healthcare, el centro de emergencias más grande del estado, también atiende a varios lesionados.
Por su parte, el presidente Donald Trump señaló en Truth Social que fue informado del tiroteo y aseguró que el FBI respondió rápidamente. Pidió a los ciudadanos “rezar por todos los involucrados” y afirmó que la Casa Blanca seguirá monitoreando la situación.
Minneapolis bajo tensión
Este ataque se suma a una serie de hechos violentos registrados en la ciudad en menos de 24 horas, incluyendo balaceras frente a una secundaria y en otras zonas. El tiroteo también ocurre tras una ola de llamadas falsas de tiroteos en universidades de EE.UU., que habían generado alarma entre estudiantes y padres.