El gobierno de Israel interceptó este lunes el barco humanitario Madleen, que navegaba hacia la Franja de Gaza con ayuda humanitaria, y que transportaba a 12 activistas internacionales, entre ellos la reconocida Greta Thunberg. El abordaje, realizado en aguas internacionales, fue calificado como un acto ilegal por la organización Amnistía Internacional y por la Coalición de la Flotilla de la Libertad (FFC).
La embarcación, de bandera británica, transportaba alimentos, fórmula para bebés y medicinas, en desafío al bloqueo impuesto por Israel desde hace meses. Según el ejército israelí, el barco fue desviado “de forma segura” a sus costas. Sin embargo, activistas, juristas y defensores de derechos humanos denunciaron un secuestro arbitrario, la confiscación de la carga humanitaria y el riesgo de malos tratos a bordo.
La secretaria general de Amnistía Internacional, Agnès Callamard, afirmó que la acción israelí viola el Derecho Internacional y desafía las órdenes de la Corte Internacional de Justicia, que exigen el acceso seguro de ayuda a Gaza. “Israel ha demostrado un escalofriante desprecio por sus obligaciones legales”, subrayó.
Desde redes sociales, Thunberg grabó un mensaje: “Hemos sido secuestrados por fuerzas de ocupación israelíes en aguas internacionales”. La activista sueca formaba parte de una misión humanitaria que partió de Italia el 1 de junio. Durante el trayecto, el Madleen incluso rescató a cuatro migrantes frente a las costas de Libia.
La relatora de la ONU, Francesca Albanese, exigió la liberación inmediata de la tripulación y llamó a los países mediterráneos a enviar más barcos de solidaridad hacia Gaza. Organismos como el CAIR han calificado la operación como un acto de piratería y terrorismo de Estado.