Ana Estrada, de 47 años, quien sufría de polimiositis, una enfermedad degenerativa progresiva, murió el domingo mediante eutanasia, según informó su abogada, Josefina Miró Quesada.
El procedimiento médico se llevó a cabo conforme al Plan y Protocolo de Muerte Digna aprobado por EsSalud, en cumplimiento de la histórica sentencia a su favor emitida por la Corte Suprema.
Estrada, símbolo de la lucha por la eutanasia en Perú, padecía de polimiositis desde los 12 años, una enfermedad incurable que la mantenía conectada a un respirador artificial.
Esta enfermedad afecta los músculos y no tiene cura, por lo que esta condición deterioró su calidad de vida, lo que la llevó a tomar la difícil decisión de optar por la eutanasia para poner fin a su sufrimiento.
La familia de Estrada expresó su agradecimiento a quienes apoyaron su causa y destacaron que su lucha ha sensibilizado a miles de personas sobre la importancia de defender este derecho fundamental.
En enero pasado, Ana se mostró satisfecha de poder elegir al médico que la asistiría en el procedimiento de eutanasia, tras resolver las observaciones al protocolo del seguro social.
La defensa de Ana, liderada por su abogada Josefina Miró Quesada, resaltó el papel fundamental que desempeñó la justicia peruana al reconocer por primera vez en su historia “que todos tenemos derecho a morir con dignidad”, marcando un precedente para futuros casos similares en el país.
La activista se convirtió en un símbolo de la lucha por la muerte digna y la libertad de decisión sobre nuestras vidas y cuerpos.
Su legado perdurará como un hito en la historia del país y en la lucha por la libertad de decidir sobre nuestras vidas y cuerpos.