El grupo yihadista Estado Islámico se atribuyó el tiroteo en una sala de conciertos del centro comercial Crocus City Hallen a las afueras de Moscú, que provocó al menos 60 muertos y 115 heridos ocurrido durante la tarde del pasado viernes.
“Los combatientes del Estado Islámico atacaron una gran agrupación de cristianos en la ciudad de Krasnogorsk, en las afueras de la capital rusa, Moscú, y mataron e hirieron a cientos de personas y causaron una gran destrucción en el lugar antes de retirarse a sus bases de manera segura”, informó Amaq en su canal de Telegram.
El escueto comunicado no ofreció más detalles sobre el tiroteo que, según las autoridades de la región de Moscú, deja más de una veintena de heridos hospitalizados, cinco de ellos en estado grave, y se ha convertido en uno de los ataques más graves, por número de víctimas, de los registrados en Moscú en los últimos 20 años.
En estos momentos, la Guardia Nacional Rusa (Rosgvardia) busca a los terroristas que atacaron la sala de conciertos con armas automáticas antes de una actuación del grupo de rock Piknik.
En las imágenes compartidas por testigos en redes sociales se ve cómo varios hombres dispararon contra la gente a su entrada en el centro comercial y los cuerpos de varias víctimas yacían en el suelo en un charco de sangre.
Este ataque se produce un día después de que el Estado Islámico se adjudicará un atentado suicida cerca de las oficinas de un banco en el sur de Afganistán en el que al menos murieron 23 personas y otras 60 resultaron heridas.