El domingo pasado, el empresario millonario Daniel Noboa hizo historia en Ecuador al ganar el balotaje presidencial y convertirse, a sus 35 años, en el presidente más joven que haya gobernado el país. Su victoria llega en un momento crítico para la nación sudamericana, asediada por la violencia del narcotráfico y la corrupción.
Noboa, heredero de un imperio bananero, obtuvo el 52% de los votos, superando a su oponente Luisa González, quien representaba al exmandatario socialista Rafael Correa.
La elección de Noboa marca un cambio de rumbo político en Ecuador, ya que el correísmo sufre un importante revés al perder por segunda vez consecutiva una elección presidencial. Con fuegos artificiales y bocinas de automóviles, los ecuatorianos celebraron en Quito la victoria del nuevo presidente electo.
Desde su casa en Olón, en el suroeste del país, Daniel Noboa declaró:
“Mañana empezamos a trabajar por este nuevo Ecuador, para reconstruir un país que ha sido gravemente golpeado por la violencia, la corrupción y el odio”.
Aunque el ahora presidente se define de centroizquierda, el apoyo de fuerzas de derecha fue fundamental para la victoria de Noboa. La seguridad y el combate contra la violencia se presentan como desafíos fundamentales en su presidencia. Ecuador ha experimentado un aumento significativo de la violencia relacionada con el narcotráfico en los últimos años, convirtiéndose en un centro de operaciones de carteles de droga con conexiones internacionales.
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El Consejo Nacional Electoral (CNE) confirmó la victoria de Noboa con una participación del 82.33% de los 13.4 millones de ecuatorianos convocados a votar, demostrando un fuerte compromiso cívico. Para garantizar la seguridad en el país, se desplegaron aproximadamente 100,000 militares y policías.
Daniel Noboa asumirá la presidencia de Ecuador durante un período de casi 17 meses, completando el mandato del presidente derechista Guillermo Lasso, quien disolvió el Congreso y convocó elecciones anticipadas para evitar un juicio político por corrupción. Este nuevo mandato se ve como una suerte de precampaña de cara a las elecciones presidenciales de 2025.
La violencia política ha sido un tema constante durante la campaña, con el asesinato de ocho dirigentes políticos, incluido el candidato favorito Fernando Villavicencio. Este clima de inseguridad y los retos asociados a la violencia representan una prioridad crucial para el próximo gobierno.
González y Noboa se habían comprometido a combatir el crimen y las bandas narco, ya que los homicidios en el país se han cuadriplicado entre 2018 y 2022, alcanzando 26 por cada 100,000 habitantes. La escalada de la violencia en 2023 es una preocupación evidente, con expertos calculando que podría llegar a 40 homicidios por cada 100,000 habitantes.
El combate entre bandas vinculadas a carteles mexicanos y colombianos en Ecuador ha llevado a cruentas masacres, en particular en las cárceles que sirven como oficinas logísticas para estas organizaciones criminales. Desde 2021, más de 460 reclusos han perdido la vida en estos enfrentamientos, subrayando la urgencia de abordar esta problemática de seguridad en el país.
Daniel Noboa asume la presidencia de Ecuador con el compromiso de traer la paz y estabilidad que tanto necesita el país, enfrentando desafíos significativos en su camino hacia la reconstrucción y el fortalecimiento de la seguridad en la nación ecuatoriana.
Con información de Expansión.