A poco de estallar la guerra en Ucrania, entró en escena Yevgeny Prigozhin, un hombre famoso por ser cercano al presidente Vladimir Putin y líder de una de las milicias paramilitares más temidas del mundo el Grupo Wagner.
Por lo que este viernes, el gobierno de Rusia inició una investigación contra Prigozhin, mientras que el Servicio Federal de Seguridad (FSB) del Kremlin señaló a Prigozhin como incitador de una rebelión.
Desde hace meses, Prigozhin ha estado apuntando contra el ministro de Defensa Sergei Shoigu y el máximo general de Rusia, Valery Gerasimov, por la falta de munición en el fuerte, la ineficacia de sus tropas y un sinfín de otras cuestiones.
Prigozhin dispuso la retirada de sus tropas del frente, dejando las posiciones en manos de las fuerzas oficiales. Sin embargo, en las últimas horas la situación acabó por precipitarse y la tensión se elevó al máximo.
Prigozhin lanzó una nueva ronda de declaraciones en contra de la cúpula militar rusa a lo que -según sostiene- la cartera de Shoigu respondió bombardeando con misiles una de sus bases en la retaguardia del frente en Ucrania en el que murió “un enorme número de nuestros combatientes”, unos 2.000 de acuerdo a medios locales.
Frente a esta ofensiva, el líder de Wagner prometió responder y restituir la calma en el país y “llegar hasta el final”, incluso si ello implica “destruir todo” lo que encuentre a su paso.
“El comité de comando del grupo Wagner decidió que hay que poner freno a quienes tienen responsabilidad militar en el país”, indicó en un mensaje y pidió no oponer “resistencia” a sus milicianos ya que serán considerados “una amenaza y los destruiremos inmediatamente. Incluido cualquier bloqueo en nuestro bloqueo”.
Aseguró que cuenta con miles de oficiales en sus filas dispuestos a accionar de inmediato y que “todos los que quieran” unirse para poner fin a la comandancia militar oficial y “acabar con el desorden” serán bienvenidos.
“Somos 25.000 y vamos a determinar las causas del caos que reina en el país (…) Nuestras reservas estratégicas son todo el ejército y todo el país”, dijo.
Estas declaraciones fueron recibidas en el Kremlin como un intento de golpe de Estado, por lo que respondió iniciando una investigación sobre Prigozhin.
Por su parte, la FSB consideró que los dichos del alto mando paramilitar son infundados y llamó a sus mercenarios a “no cometer un error irreparable” y detener los planes “criminales y traicioneros” de Prigozhin.
Prigozhin, se ha desentendido de esta acusación de “motín” que pesa sobre él y explicó que su voluntad es organizar una “marcha por la justicia”.
“No es un golpe de Estado militar sino una marcha por la justicia. Nuestras acciones no suponen un obstáculo para las Fuerzas Armadas”, señaló.