La Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR) ha emitido una advertencia urgente sobre la creciente crisis de refugiados en Chad. Más de 100,000 personas que escaparon del conflicto en Sudán han llegado al país, buscando protección y ayuda. ACNUR solicita asistencia de la comunidad internacional para hacer frente a esta situación humanitaria alarmante.
El conflicto en Sudán, que comenzó el 15 de abril, ha llevado a un éxodo masivo de refugiados hacia el este de Chad, particularmente en las provincias de Ouaddaï, Sila y Wadi Fira. La región de Darfur en Sudán, afectada por la violencia y la inestabilidad, ha sido la fuente principal de estos recién llegados. Se estima que en los próximos tres meses, hasta 200,000 personas más podrían verse obligadas a huir hacia Chad en busca de seguridad.
Chad, que ya alberga una gran población de refugiados, está luchando por hacer frente a esta nueva ola de desplazamiento forzado. Antes de esta crisis, el país ya brindó refugio a aproximadamente 588,770 refugiados, incluidos aquellos que huían del conflicto en Darfur, así como de la República Centroafricana, Nigeria y Camerún. La respuesta humanitaria a todas estas crisis se ha visto obstaculizada por la falta de financiación adecuada.
“La asistencia humanitaria es un faro de esperanza para las familias desplazadas por la crisis en Sudán”, afirmó Laura Lo Castro, representante de Acnur en Chad.
Para responder de manera efectiva a la crisis de refugiados en Chad, Acnur necesita con urgencia 214,1 millones de dólares. De esta cifra, se requieren 72,4 millones de dólares para atender las necesidades inmediatas de los refugiados que escapan del conflicto en Sudán. Hasta ahora, la financiación ha sido insuficiente para cubrir las necesidades básicas de los refugiados y proporcionarles la asistencia necesaria.
El conflicto en Sudán ha cobrado la vida de al menos 850 personas y ha dejado más de 5,500 heridos. Además, ha provocado el desplazamiento de más de 1,3 millones de personas tanto dentro como fuera del país, según informes de las Naciones Unidas. Es imperativo que la comunidad internacional responda de manera rápida y generosa para garantizar la protección y el apoyo a aquellos que han sido desplazados por esta crisis devastadora.