Durante 2020, en los primeros días de la pandemia por coronavirus, los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés), emitieron una orden de salud pública cuyo objetivo era detener la propagación del covid-19.
Esta orden permitía que las autoridades pudieran expulsar rápidamente a los migrantes en las fronteras terrestres con los Estados Unidos, a dicha orden se le conoció como Titulo 42.
La Oficina de Aduanas y Protección de Fronteras prohíbe la entrada de ciertas personas que “potencialmente representan un riesgo para la salud”. Ya sea por las restricciones de viaje previamente anunciadas o por haber ingresado ilegalmente al país con el fin de “eludir las medidas de detección médica”.
De acuerdo al centro de control las personas que son detenidas no son retenidas en áreas congregadas para su procesamiento y son expulsadas inmediatamente a su país de último tránsito.
Fue hasta el pasado 1 de abril de 2022, cuando se anunciaron planes para rescindir dicha orden, afirmando que ya no era necesaria dadas las condiciones de salud pública del momento y la mayor disponibilidad de vacunas y tratamientos para el covid-19.
No obstante, la política siguió vigente y recién finalizará el próximo 11 de mayo, motivo por el cual miles de migrantes de diversas partes de Centroamérica y Latinoamérica han comenzado a reunirse al pie de la frontera.
Grupo de migrantes en la frontera
Los migrantes ya se han comenzado a reunir en la zona de la línea fronteriza entre Ciudad Juárez, Chihuahua, y El Paso, Texas, lugar que en donde la vigilancia ya fue reforzada del lado estadounidense.
Venezolanos, haitianos, hondureños, salvadoreños, guatemaltecos son los grupos que principalmente se han reunido en la frontera, viajan con familias, en grupos o solos lo que los une es la esperanza de ingresar a Estados Unidos.
No les importa que el gobierno estadounidense haya aclarado que no permitirá su ingreso y que incluso, estados como Texas y Florida, han endurecido sus medidas contra la migración ilegal.